Una Junta Central de Fiestas sancionadora

Las personas festeras asumimos parte del gasto de la organización y la totalidad del gasto que implica nuestra participación activa en los eventos que conforman las fiestas.  Pagamos indirectamente el gasto de organización, como todos los vecinos y vecinas de Villena, mediante los impuestos que abonamos (parte de los ingresos en las arcas municipales son destinados a organizar, embellecer, fuegos artificiales etc.) y directamente con las cuotas que aportamos a las comparsas para pagar música, almuerzos etc. En definitiva, pagamos para “disfrutar” de las Fiestas con sana alegría.

Las comparsas mediante sus delegados de bloque y, como último recurso, sus estatutos y reglamentos internos controlan que los actos transcurran con la normalidad y alegría que caracterizan a los bloques de las comparsas villeneras. Este procedimiento de autocontrol ha sido suficiente para el buen discurrir de nuestras Fiestas. De hecho, la Junta Central de Fiestas (JCF) felicita sistemáticamente a todas las personas festeras por su buen hacer el día 9 en su acta de premios. No obstante, en sus nuevos estatutos la JCF asume una preocupante obsesión sancionadora.

Aproximadamente el 25% de los artículos del nuevo estatuto contienen referencias a las siguientes palabras, en sus distintas acepciones: “sanción”, “disciplina”, “interdisciplinar”, “multa” etc., es decir, el 25 % se dedica  a regular la penalización a las dos tipos de socios que, según los nuevos estatutos, pertenecen a la federación. Además, la JCF se sitúa por encima de las comparsas para sancionar a las personas festeras. En el artículo 47 pone:

“Una misma conducta no podrá ser objeto de dos sanciones distintas. En caso de que dicha conducta se tipifique también como infracción por la Comparsa afectada, la Federación tendrá preferencia sobre la comparsa para la tramitación del correspondiente expediente sancionador.”

Hasta en los casos de delitos, el reo se puede acoger a la normativa que le sea más favorable, eso no ocurrirá para las personas festeras que estén asociadas a la JCF.

Recordamos que, sin tener los permisos individuales, la JCF ha hecho socias de la federación a todas las personas festeras de las fiestas patronales de Villena y, por tanto, las puede sancionar sin tener en cuenta los criterios de la comparsa a la que pertenece y, posiblemente, sin tener en cuenta la opinión del delegado de bloque (persona que acompaña al bloque durante todo el recorrido).

La falta de transparencia y falta de respeto a las personas festeras en el trámite de los nuevos estatutos han hecho que la JCF invada la soberanía propia de las comparsas.

Las sanciones que se pueden aplicar a las personas festeras van desde la expulsión a la no participación en determinados actos de las Fiestas. Las sanciones a las comparsas pueden conllevar la expulsión de la federación. No obstante, lo que más llama la atención es que las sanciones económicas a las comparsas pueden llegar a los 3.000 €  que, en caso de ser aplicada, tendrían que pagar entre todas las personas festeras que pertenezcan  a la comparsa objeto de la sanción (se recuerda que las comparsas se sustentan con las cuotas de los socios y la JCF no aporta nada, todo lo contrario recauda).  No se dice dónde iría destinada la cantidad multada.  ¿A engrosar los actos lúdicos de los componentes de la junta central de fiestas?

Es importante reseñar que la palabra premio aparece una vez, en contra de las sesenta veces que aparecen las palabras destinadas a regular sanciones.

Las personas festeras pertenecemos en primer lugar a una comparsa y, en segundo lugar, a la Junta Central de Fiestas.

El fin primero de la JCF, según sus nuevos estatutos, es “Organizar, representar, regir y disciplinar…”. Sobre todo disciplinar.

Por: Mantengamos las Fiestas en Paz