Ha sido quizás a raíz de un par de conversaciones mantenidas durante las últimas semanas, por lo que me encuentro sentado frente al teclado escuchando a The Horrors y pensando que lo que debo escribir es lo que voy a escribir a continuación. De modo que vuelvo a releer el título, porque en esta ocasión por cualquier capricho ha aparecido en primer lugar, y tomo carrera (o inspiro, o aspiro una calada del cigarrillo, o trago un sorbo de cerveza) para intentar explicarme al menos un poco mejor que ayer. Cierro los ojos, recupero esa mirada hacia los lados y tanteo con las yemas de los dedos el desordenado alfabeto del teclado
La Tertulias organizadas por la Kakv, que propusieron el binomio Teatro y Villena, me volvieron a acercar a parte del trabajo escénico que se realiza (y se lleva realizando) en la ciudad. Del mismo modo, alrededor de las fechas en que se desarrollaron las tertulias, se han propuesto varias actividades teatrales más o menos periódicas: la Gala de la Asociación de Técnicos y Actores de Villena, y la presentación de un musical por parte del Centro Juvenil Don Bosco. Pero ambos acontecimientos no tienen nada que ver con esa mirada hacia los lados inspirada por aquellas conversaciones que he mencionado.
A ellas se remitiría más bien el musical Catherine Harker, que ha sido recuperado y cuenta de momento con una contratación en Torrevieja y con las perspectivas que puede abrir su presencia en un Festival en Rumanía. También el éxito del silencioso Taller de Teatro Experimental y Sensorial que se ha desarrollado en la Casa de la Cultura y que presentará en breve una muestra de su trabajo, da una muestra del potencial y del esfuerzo que es capaz de desarrollar profesionalmente La Creativa sociedad actualmente mantenida por Miguel Ángel Montilla y José Pollo. Lo que me lleva, sin demasiada lógica, a recordar a Yoni Ramírez, que ahora con la ayuda de Miche lleva de biblioteca en biblioteca, de colegios a plazas, sus espectáculos de Cantacuentos. O a Salva Puche, que prepara en Villena durante una acotada estancia su próximo cuadro de títeres. También tendré que nombrarles pese a pecar de interesado las representaciones de Rulo Pardo este mismo fin de semana en la madrileña sala Kubik con su Meryl. Y, en fin, por ignorancia dejaré de nombrar lo que Rafael Parra, Ana Vicent, Víctor Tomás, Cruz Hernández, Sindo Puche (representando hace poco en el Odeón parisino), y algunos otros y otras artistas que seguro me dejo en el tintero, llevan a los escenarios de nuestro país. No me gustaría terminar sin acordarme de Ana y Diego, a quienes se llevó un desafortunado tornado después de tantos años en nuestra ciudad haciendo soñar a pequeños, medianos y grandes.
