Pasan los años y ciertas ilusiones decaen
y entonces llegan los niños. Por ellos somos capaces de cualquier cosa. Hace años que el Carnaval simplemente era para mí una fecha más en el calendario, pero este año ha sido diferente.
Como en la mayoría de los colegios, los carnavales en Villena son de una única temática, y en el caso del cole de mi hijo, La Encarnación, se trata de la película de Trolls. Muchos papás fueron los encargados de realizar los estupendos trajes para todos los alumnos del colegio y los niños encargados de poner toda la ilusión del mundo. ¿Pero qué pasa cuando los papás deciden participar con sus hijos
? Pues que vuelven a ser niños por una noche.
Un día me llamaron para que participara en la noche de Carnaval con los niños de la clase de mi hijo, Infantil 4 años, y yo que no soy nada de disfrazarme me negué, pero ante la insistencia de ciertas mamás, al final acepté. Unas mamás muy hacendosas prepararon los disfraces para el resto de papás (muchas gracias por ello), y los demás simplemente tuvimos que disfrutar como niños.
Fue una noche mágica, poder compartir la ilusión de los niños en nuestra propia carne, y más todavía hacerlo junto a nuestros hijos. Gracias.
