Una polémica innecesaria que nos retrata como sociedad
La noticia, desvelada por la edición digital de EPdV, sobre la petición de la comunidad islámica para poder disponer de un espacio en el cementerio o en otro punto de nuestra ciudad a fin de enterrar a sus muertos siguiendo el rito islámico, nos ha puesto ante el espejo de lo peor de nuestra sociedad.
Resulta indignante ver la reacción que, a través de foros y redes sociales, han tenido muchos de los vecinos y vecinas de Villena ante este hecho, una petición absolutamente legítima de quien vive, trabaja y tributa en nuestra ciudad, y que tienen el mismo derecho que cualquiera a despedir a sus seres queridos según su rito y costumbre.
Además de legítima, la petición no ha sido una exigencia, un chantaje ni nada que se le parezca, sino que ha sido formulada con corrección, en base a argumentos legales de peso y siguiendo el cauce administrativo oportuno, y por lo tanto no cabe más comentario al respecto, únicamente esperar a que el ayuntamiento emita los informes oportunos para ver la posibilidad de conciliar el rito de enterramiento islámico (sin ataúd, directamente en tierra) con la legislación sanitaria y funeraria vigente en nuestro país y nuestra comunidad autónoma, algo que avanzamos que no va a ser posible, y por lo tanto, igual que un colectivo ha hecho una solicitud legítima, el ayuntamiento legítimamente va a responder que no es posible atenderla.
Desgraciadamente, hay muchos vecinos y vecinas de Villena que han ido más allá, lanzando unos mensajes y unas proclamas racistas y xenófobas que deberían hacernos reflexionar a todos, porque dejan entrever que en Villena, aunque jamás hayan existido problemas de asimilación con el colectivo inmigrante, subyace un peligroso caldo de cultivo que hay que evitar que vaya a más.