Una reivindicación
Abandonad toda esperanza, salmo 440º
Sin lugar a dudas, Drácula es la obra literaria de la que tengo más ediciones diferentes. El libro de Bram Stoker es una de mis obsesiones recurrentes, y dejando al margen las adaptaciones al cómic (de las que también poseo unas cuantas), debo de tener por casa como siete u ocho ediciones distintas de la novela original: en inglés o en castellano, con o sin notas, bien o mal traducida... y también, ilustrada o sin ilustrar. De hecho, la edición que sacó DeBolsillo hace apenas un par de años y que les recomendé en su día contaba con dibujos del autor de cómics Jae Lee, y era de las pocas disponibles en el mercado español que contaban con un apartado gráfico de enjundia. Esta nómina se ha visto incrementada ahora por la edición de Reino de Cordelia, que recupera la traducción de todo un experto en literatura fantástica clásica como Juan Antonio Molina Foix, añade un prólogo del autorizado en estas lides Luis Alberto de Cuenca, e incluye el prodigioso trabajo de otro ilustrador, esta vez español: aquí es el madrileño Fernando Vicente el encargado de plasmar visualmente el imaginario del texto original. Sin duda la suya es una ardua tarea porque cuenta con la competencia directa de centenares de visiones distintas surgidas del séptimo arte; así, hemos visto al célebre conde encarnado por actores como Bela Lugosi, Christopher Lee, Gary Oldman o, ahora mismo en la cartelera, Luke Evans. Pese a ello, el pintor consigue realizar un corpus de ilustraciones que aun bebiendo en ocasiones de fuentes previas alcanza una contundente personalidad propia. De hecho, dudo que después de leer (y ver) esta edición uno pueda imaginarse el castillo de los Cárpatos o el navío Démeter de otra forma que no sea como la inquietante versión de Fernando Vicente.
En el caso de El libro de la jungla, el referente principal con el que cuenta el imaginario colectivo es solo uno: el largometraje animado de la Disney. Alejándose de esta mirada edulcorada al original de Rudyard Kipling, el artista polaco Józef Wilson -especialista, por cierto, en el retrato de animales de muy diversa índole- nos propone una serie de ilustraciones de estilo pictórico exquisito, que acompañan a la obra original con el lujoso y deslumbrante envoltorio al que nos tiene acostumbrados la editorial Libros del Zorro Rojo. Una edición, como la anterior, a tener en cuenta de cara a quedar como un señor cuando toque el momento de los regalos navideños.
Finalmente, y aunque se trate de un texto mucho más breve y menos conocido por el gran público -por más que Enrique Vila-Matas haya popularizado bastante a su protagonista hasta convertirlo en símbolo de un estilo de vida-, no es menor la osadía del ilustrador canadiense Stéphane Poulin a la hora de dar forma al memorable personaje creado por Herman Melville en el cuento Bartleby el escribiente, del que aquí no llegamos a ver su rostro de forma clara, pero sí su figura pálidamente pulcra, lamentablemente decorosa e incurablemente desamparada, en palabras del autor de Moby Dick. A destacar, ya que mencionamos a la gran ballena blanca de Melville, el tamaño colosal de la edición de este Bartleby por parte de Alianza, que permite disfrutar como se merece del arte del ilustrador, si no más, sí al menos tanto como del talento del escritor... que al fin y al cabo de eso es de lo que se trata. Y nótese que esta vez los destacados en negrita, a modo de humilde pero merecida reivindicación, los merecen los artistas gráficos y no los autores de los textos, a los que ya se les suele dar cancha suficiente.
Drácula, El libro de la jungla y Bartleby el escribiente están editados por Reino de Cordelia, Libros del Zorro Rojo y Alianza respectivamente.