Unas Fiestas del Medievo para enmarcar
Resulta difícil escribir cada año una nueva crónica sobre las Fiestas del Medievo organizadas por la Asociación de Vecinos del Rabal, sencillamente porque ya no quedan adjetivos para definir un proyecto que cada año es más grande y mejor, en el que se implican más ciudadanos, colectivos y empresas, que obtiene una mayor repercusión y atrae a más visitantes a nuestra ciudad y que, en definitiva, nos hace rebosar de legítimo orgullo.
Los pequeños y grandes cambios en esta ocasión, por ejemplo, la ampliación de la superficie a la calle Onil, tomada durante todo el fin de semana por colegios e institutos con lo que ello supone en cuanto a ambiente y número de participantes que se van incorporando cada año no hacen sino mejorar algo que ya es de por sí muy grande, y que además se ve potenciado por esos detalles que van más allá de la propia festividad, como las continuas apelaciones a la historia y la tradición de un barrio origen de nuestra ciudad y cuna de muchos de nuestros vecinos, tal y como se encargó de recordar el pregonero, César López Hurtado, cuyo pregón pueden conocer íntegramente descargando el archivo adjunto.
El historiador e investigador villenero, asimismo hijo del Rabal, tras recordar con infinidad de detalles la esencia misma de las celebraciones del barrio, animaba a conservar la esencia de las tradiciones, pero sin quedar con la mirada fija atrás. El Barrio del Rabal, decía, debe ser, además de memoria nostálgica del ayer, proyecto de un mañana que recupere al completo el barrio para la ciudad, en síntesis, el objetivo último que mueve a las Fiestas del Medievo y al resto de actividades programadas a lo largo del año tanto por la asociación de vecinos como por la asociación pro-restauración de la ermita de San José.
Más actividades, más calles, más grupos, más gente
Desde la Plaza Mayor hasta la Plaza de Biar, recorriendo la Iglesia de Santa María, la Plaza de la Tercia, la Ermita de San José, el Castillo, Santa Bárbara o la calle la Rambla, hemos encontrado a lo largo del fin de semana un gran número de actividades como cuentacuentos, representaciones medievales, espectáculos de magia, juegos, torneos de lucha, conciertos, representaciones teatrales, talleres, así como numerosos stands de comercio, artesanía, tascas y alimentación, entre otros, que han ofrecido a los asistentes la posibilidad de sumergirse durante dos días y medio en el privilegiado entorno medieval que solo las calles del casco histórico de Villena y sus hospitalarios e implicados vecinos ofrecen.
Además, las Fiestas del Medievo han seguido ganando terreno, consolidando el espacio de la Morería estrenado el año pasado con nuevos vecinos como los miembros de la comunidad islámica, que triunfaron con su cuscús y sus tés y pastas, y repitiendo el éxito en la zona gastronómica del castillo, donde el concierto extra incorporado este año ha resultado ser otro auténtico éxito, doblando la oferta musical para el público más joven y animado, acumulando actividades, servicios y visitantes en la zona otrora más degradada del barrio, que sigue mostrando un increíble potencial por el que definitivamente vale la pena apostar.
Visitantes por doquier
Mención especial merece el cada vez mayor número de visitantes que ha recibido nuestra ciudad, españoles y extranjeros; la importancia y atractivo de las bodas; el elenco de fotógrafos, periodistas y blogueros especializados que ha tomado nuestra ciudad y las redes sociales este fin de semana, así como que la participación de grupos es cada vez mayor (y mejor, puesto que año tras año se superan en la ambientación de sus respectivos espacios) y era una gozada ir de local en local disfrutando de unas Fiestas del Medievo que son, ante todo, unas auténticas fiestas populares que cualquiera puede disfrutar, si es desde dentro, mejor, porque la camaradería y convivencia que se vive entre locales, vecinos, artistas y mercaderes es excelente, sin duda alguna lo que marca la diferencia entre estas Fiestas y los mercados organizados por empresas o ayuntamientos. Eventos sin alma o una fiesta hecha con el corazón, esa es la diferencia.
Pepe Cabanes, presidente de la Asociación del Vecinos del Rabal, destacaba el éxito desde el inicio de esta edición de las Fiestas del Medievo, agradecía una vez más el esfuerzo altruista de las asociaciones y entidades presentes en el evento y, a riesgo de repetirse, señalaba, un año más, que acabamos de vivir la mejor edición de las Fiestas del Medievo, remarcando detalles como la mayor fluidez de tránsito de público que se ha conseguido con la apertura de nuevos espacios, aunque hemos seguido viviendo algunos cuellos de botella en horas punta en los principales accesos al barrio.
En definitiva, y a falta de valoraciones oficiales, que llegarán en unos días, solo queda dar las gracias a todas las personas que hacen posible, año a año, esta auténtica y maravillosa locura medieval. Enhorabuena a quienes lo hacen posible.
Fotos: Santi Hernández / Villena Cuéntame