Unas navidades de cine (fantástico)
Abandonad toda esperanza, salmo 63º
A Pepe Ferriz, en su memoria
Hace ya bastantes años, y juraría que fue al salir de ver una película de Woody Allen (pero no me hagan mucho caso: la memoria, cuando se carga de nostalgia, juega malas pasadas), se me ofreció la posibilidad de formar parte de la junta directiva del Cineclub Villena. Acepté de inmediato, porque era la oportunidad de devolverle buena parte de lo que me había dado: inolvidables horas y horas de buen cine en una sala oscura.
No faltará quien diga que cualquier elogio que pueda dirigir a la asociación presidida por Antonio Vicente Martínez es interesado, pero créanme: aparte de que me da bastante igual lo que algunos puedan pensar, considero que mi actual estado, alejado de la organización por vivir fuera de Villena, y por los vericuetos que toma la vida de cada uno, me da cierta carta blanca para poder alabarlos y criticarlos según lo considere oportuno en cada momento.
No hace falta mencionar que la Semana de Cine de Villena, que se celebra en agosto desde hace más de dos décadas, es el evento principal de entre todos los que organiza el Cineclub, así como el acontecimiento cultural más longevo de nuestra ciudad. Todavía recuerdo las joyas que descubrí en mi primera Semana de Cine, la undécima edición: esa atrevida propuesta de los hermanos Coen titulada Barton Fink; o el inolvidable debut de Jeunet y Caro, Delicatessen; o esa joya del cine independiente llamada El niño que gritó puta; son algunas de las maravillas que se proyectaron aquel verano en nuestro pueblo.
Pero como sabrán, a esta Semana le salió una hermana pequeña y bastante rarita, bautizada como VillenaFantástica. Tan pequeña como que ahora cumple tan sólo seis años, y tan rarita como que, celebrándose en estas fechas tan proclives a la expresión de los buenos sentimientos, viene cargada de historias inquietantes, individuos de dudosa catadura moral y, por qué no, algo de vísceras para los amantes de la casquería.
Este evento es como una hija para un servidor, que fue quien propuso su creación, fruto de la admiración por festivales como el de Sitges, y que fue aceptada con interés por el resto de la comitiva. Pero desde el año pasado, y contando con la colaboración del Taller de Cine de la Universidad, la mayor parte de su organización recae en Miguel Rojas, el benjamín de la asociación, que la adoptó como si fuera suya, y que con encomiable arrojo se come casi todo el trabajo sin cobrar un euro por ello.
Así es el amor por el cine, que compartimos el resto del Cineclub, y el placer por ofrecer a los cinéfilos de Villena la oportunidad de ver algo distinto a lo habitual. Este año tendremos hombres lobo, asesinos y violadores, anarquistas enmascarados y al mismísimo Jack el Destripador. Y es que no todo van a ser villancicos al calor del fuego.
VillenaFantástica 6 se celebra entre los días 25 y 30 de diciembre.