Sociedad

Uno de cada tres internos de la cárcel de Villena cursa estudios oficiales

La cárcel de Villena, Alicante II, se halla en los puestos de cabeza del conjunto de centros penitenciarios de España respecto a la tasa de matriculación de sus internos. En la actualidad son 380 los presos que cursan enseñanzas regladas en una población reclusa inferior a las 1.200 personas.
La cárcel de Villena, Alicante II, se halla en los puestos de cabeza del conjunto de centros penitenciarios de España respecto a la tasa de matriculación de sus internos. En la actualidad son 380 los presos que cursan enseñanzas regladas en una población reclusa inferior a las 1.200 personas. Proceden de todos los módulos, incluido aislamiento, y en los dos últimos años la demanda formativa ha aumentado gracias al esfuerzo llevado a cabo por la subdirección de Tratamiento.

Un total de veinte profesores de la Conselleria de Educación cruzan cada mañana el laberinto de muros, puertas y barreras que dan acceso a Alicante II para impartir cursos de alfabetización, neolectores y primer y segundo ciclo de ESO. Otros quince reclusos están matriculados en la Universidad Nacional a Distancia (Uned), el Instituto de Bachillerato a Distancia (Ibad) y las pruebas de acceso a estudios superiores. Paradójicamente la carrera más demandada es la de Derecho y dos tutores de la Uned visitan el centro una vez por semana para resolver dudas y orientar a los estudiantes sobre los exámenes.

Hace tan sólo unas semanas se puso en marcha un aula de informática en el edificio socio-cultural de la prisión. Los veinte ordenadores y el escáner cedidos por la Generalitat están permitiendo impartir determinadas disciplinas con soporte audiovisual, -entre ellas idiomas-, e introducir al alumnado en el uso de las nuevas tecnologías. Muchos internos reaccionan como «niños» al comprobar las enormes posibilidades que ofrece la informática. Precisamente el día en el que se les explicó el funcionamiento del escáner más de uno se levantó de su mesa para observar como una imagen del ordenador podía proyectarse en la pantalla. Precisamente un joven marroquí que el viernes atendía las explicaciones del profesor de matemáticas comentó, en un rudimentario castellano, que «en el siglo XX era analfabeto quien no sabía leer pero en el siglo XXI lo es quien no sabe manejar un ordenador».

Algunos presos estudian sólo por ocupar su tiempo o por aprovecharse de los beneficios penitenciarios, pero la mayoría terminan «enganchándose» a la escuela por el ambiente y la relación con el profesorado. Prueba de ello es que el porcentaje de abandono de los estudios es inferior al 30%.

«El comportamiento es bueno y aunque demuestran interés por aprender también los hay que vienen a clase sin los deberes hechos», se quejaba un profesor.

Para los responsables de Alicante II la escuela tiene carácter prioritario. «Se están poniendo muchos medios para tratar de mejorar las carencias educativas y formativas de los presos, y ello con el fin de que cuando cumplan condena puedan afrontar una nueva vida alejada del delito», destacan fuentes de la dirección.

FUENTE: Diario INFORMACIÓN
AUTOR: PÉREZ GIL

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