Vapes desechables: ¿Qué implicaciones medioambientales tiene su uso?

Los cigarrillos electrónicos desechables, popularmente conocidos como vapes desechables, se introdujeron por primera vez en el mercado en 2014 y se han promocionado como una alternativa más barata y conveniente para dejar de fumar.

Un inconveniente importante de los vapes desechables es que están hechos de plástico, que no es reciclable, y tienen una batería de litio que también es un peligro cuando no se desecha correctamente. Aún así, más de la mitad de los miles de vapes desechables que se usan diariamente a nivel mundial, terminan en los vertederos después de usarse una o dos veces.

Analizamos la controversia que rodea a los vapes desechables, para tomar una decisión informada acerca de la mejor forma de usarlos sin contribuir a un desastre ambiental.

¿Cómo funcionan los cigarrillos electrónicos desechables?

Los vapers desechables suelen considerarse un tipo de cigarrillo desechable muy conveniente. Según muchos usuarios, son menos complicados que los reutilizables, ya que no necesitan ser rellenados, recargados (excepto en modelos con más de 2 ml de e-líquido) o hacer uso de recambios.

Esto ha resultado en que muchos mayoristas y tiendas de vapeo de mediano y pequeño formato, como Vapori en España, hayan comenzado a ofrecer vapers desechables al por mayor a otros tipo de negocios como clubes nocturnos, discotecas, etc. donde los jóvenes suelen comprarlos como parte de sus actividades sociales. Incluso los minoristas tienen una gran ganancia vendiendo al por mayor a consumidores individuales, ya que muchos sienten que es mucho más conveniente seguir usando desechables que saltar a un vaper reutilizable.

Aún así, hay algunas partes de la anatomía de un vape desechable que generan preocupación entre la comunidad ambientalista: Comencemos diciendo que estos dispositivos funcionan con baterías de litio, están construidos en plástico y contienen en muchos casos nicotina.

Pero para una mirada más profunda sobre las implicaciones ambientales, veámoslo más explicado a continuación.

Los efectos de los cigarrillos electrónicos desechables en el medio ambiente

Cada dos segundos se tira un vaporizador desechable, y la cantidad de litio desechada en los vapes de todo un año es suficiente para construir alrededor de 1.200 baterías de automóviles, revela un estudio publicado por INNCO (Red Internacional de Organizaciones de Consumidores de Nicotina).

Ahora bien, cuando se trata de los efectos de los cigarrillos electrónicos desechables en el medio ambiente a pesar de esas cifras alarmantes, se considera una pregunta difícil, e incluso grandes marcas de vapes desechables como Elf Bar o Geek Bar la evitan.

La respuesta, por lo que hemos podido constatar para este artículo, varía según a qué parte de la cadena de consumo le preguntemos:

Los líderes de la industria del vaporizador afirman que existe una gran confusión o más bien vacío legal, sobre quién debería ser responsable de reciclar esos vaporizadores desechables. No todos los países cuentan con una regulación al respecto, como sí la tiene el Reino Unido con la WEEE (Waste Electrical and Electronic Equipment) que establece que los fabricantes de los productos deben hacerse responsables de los desechos electrónicos generados. Por lo que las demandas de ambientalistas y tiendas locales se quedan, en su mayoría, sin respuesta por parte de los fabricantes.

Las pequeñas tiendas de vapeo a veces ofrecen una forma de desechar estos dispositivos en sus propias instalaciones, llevándolos luego a puntos de reciclaje establecidos, pero aún no es una práctica del todo generalizada.

Desde el punto de vista de los consumidores, estos no siempre son conscientes de lo que hay dentro de los vaporizadores desechables y tienden a pensar que tirarlos a la basura no tiene implicaciones negativas.

Echemos un vistazo a las implicaciones que suelen obviarse, mirando cada parte esencial de un vape electrónico:

• Cuerpo de plástico: El cuerpo de los vapes desechables es de plástico, que no es precisamente popular por ser biodegradable. Ahora imaginemos los millones de dispositivos desechables que se juntan en los contenedores de basura de un club nocturno y luego se tiran a un vertedero, y quizás así podremos ver la escala del problema.
• Batería de litio: Alimentando un delgado y conveniente vaporizador desechable, siempre hay una batería de litio, que se desperdiciará junto con el cuerpo y podría incendiarse en los vertederos.
• Restos de nicotina: Si bien los desechables ahora tienden a aprovechar todo el e-líquido de sus depósitos, puede haber casos en los que un desechable termine en la basura con contenido de e-líquido con nicotina, e incluso los restos que se puedan derramar al romperse, podrían contaminar fuentes de agua, suelos, etc. Recordemos que además de ser una sustancia adictiva, la nicotina es básicamente un producto que en altas concentraciones puede resultar mortal.

No hay necesidad de estudios para afirmar que los cigarrillos electrónicos desechables generan más residuos plásticos, por ser precisamente dispositivos de un solo uso; y que también contribuyen al calentamiento global por sus baterías de iones de litio. Dicho esto, ¿existe una solución viable para esta problemática, o deberían ser sencillamente prohibidos estos productos?

¿Cómo pueden las tiendas de cigarrillos electrónicos y otros minoristas reducir el impacto de los cigarrillos electrónicos desechables?

Las tiendas de vapeo y otros negocios que venden vapes desechables, tienen la oportunidad de ayudar a minimizar su impacto ambiental al proporcionar puntos para desechar este tipo de dispositivos. Dado que la mayoría de las marcas de vapeo no están basadas en los países donde venden la mayoría de sus productos, es difícil establecer un curso de acción para la correcta eliminación de sus desechos.

La mejor opción como consumidores, es preguntar a nuestro proveedor sobre el reciclaje o la eliminación adecuada de estos dispositivos. También podemos buscar en nuestro municipio en busca de instalaciones para reciclar los vapes desechables usados.

El impacto de los vapes desechables estaría, como en el caso de muchos otros productos de consumo, en manos del consumidor. Y si bien puede resultar algo molesto, es sin dudas una responsabilidad que no podemos evadir.