Verónica Forqué llega al Teatro Chapí con “Las cosas que sé que son verdad”

Verónica Forqué encabeza el reparto  de esta función junto a Julio Vélez, Pilar Gómez, Jorge Muriel, Borja Maestre y Candela Salguero; una obra  dirigida por Julián Fuentes y coproducida por Teatros del Canal y Octubre Teatro. Escrita por el australiano Andrew Bovell, ha sido adaptada por Jorge Muriel y podremos verla el sábado 8 de febrero a las 19’30 h. Entradas desde 14 € hasta 18 €. Precios reducidos para menores de 30 y mayores de 65 años.

Bob (Julio Vélez) y Frank (Verónica Forqué) son padres de cuatro hijos, dos chicas (Pilar Gómez y Candela Salguero) y dos chicos (Jorge Muriel y Borja Maestre) que viven en una casa suburbana en la que se desarrolla la función. Ambos han trabajado duro a lo largo de sus vidas, y quieren que sus hijos sean y tengan lo que ellos no han sido ni han tenido. Es lo normal, ¿no?

A través del paso de las estaciones, los hermanos y hermanas viven su propia metamorfosis, su crecimiento y ruptura, su capacidad de herir y complacer a sus padres, tal y como ellos hacen con sus hijos. Los vínculos familiares, las frustraciones, los pequeños secretos, los rencores, los anhelos, las alegrías y las tristezas conforman el micro universo de “Las cosas que sé que son verdad”.

Su autor, Andrew Bovell, especialista en el tema de la familia que ya reflejase en su anterior obra, Cuando deje de llover, es capaz de tratar una temática tan sensible y poliédrica como esta con crudeza y ternura a la vez, presentando pequeñas luchas que encierran grandes conflictos, lo que en ocasiones resulta abrumador porque coloca al espectador frente a un abismo al abordar temas peliagudos y de difícil solución.

Pero su inteligente propuesta es capaz de salvar el escollo jugando con las relaciones íntimas de los miembros de la familia, enfrenta pero también armoniza y nos plantea —a  través del paso de las estaciones— un esquema en el que todo se resuelve por sí mismo o se convierte en otra cosa que es igual aunque parezca diferente.

Si algo define a esta obra es su capacidad de radiografiar certeramente no un alma, sino un conjunto de ellas, y llegar a la esencia de lo que significa el concepto de familia, con todas sus contradicciones. Las emociones son esenciales en Las cosas que sé que son verdad, y en ella podemos vernos reflejados, todos y cada uno de los espectadores.