Veto a la Roja
El pasado mes de marzo este periódico dedicó su editorial a la defensa de la libertad de expresión. La referida editorial vino motivada por la exacerbada y agria polémica que la estupenda actuación de Leo Bassi provocó en la sociedad villenense. Se decía desde aquí, por aquellos días, que sin la habilidad de opinar libremente, de denunciar injusticias y clamar cambios, el hombre está condenado a la opresión, palabras que subrayo totalmente. Pensamiento que comparto al 100%.
Y es por ello y por mi convencimiento de que el legítimo derecho a la libertad individual de expresión, de opinión, de pedir y cuestionar, es sagrado, que no quiero dejar que el paso del tiempo diluya en el olvido la situación que está padeciendo, hoy en día, un medio de comunicación de nuestra ciudad, más concretamente la persona que a sueldo lo dirige. El día 18 de diciembre la directora de dicho medio hizo público un comunicado en el cual explicaba la situación de marginación y arrinconamiento a la que paulatinamente ha sido sometida desde el gabinete de prensa del Partido Popular dirigido por el hermano de Celia Lledó. Coacciones por escrito, citaciones no realizadas, invitaciones evitadas y convocatorias para los demás, que han llegado a impedirle, en la actualidad, la realización de un trabajo en las mismas condiciones que el resto.
La razón única que desde dicho gabinete esgrimen para justificar esta opresora conducta, que únicamente puede ser ordenada desde el despacho de Alcaldía, no es otra que las buenas relaciones personales que esta trabajadora mantiene con sus anteriores jefes, miembros del PSOE, su supuesta afinidad al mismo, la línea editorial que sigue y la intención del PP de eliminar cualquier rastro de ideas que no sean sus iguales. Antes fueron los partidos de la oposición los legalmente excluidos, ahora un medio de comunicación al que tildan de rojo, y mañana podemos ser cualquiera de nosotros o del resto de medios, que han guardado un discreto silencio seguramente pensando que la política es así y mirando sus facturas a pagar antes de volver a defender la libertad de expresión.
Pero si hacemos a un lado al propietario de este medio y lo mejor o peor que su directora actuó durante su cargo de confianza, nos queda el verdadero daño, lo realmente importante en este tema; desde nuestro ayuntamiento, más concretamente desde el gabinete de prensa, y bajo el consentimiento y aprobación de todos y cada uno de los integrantes del equipo de gobierno del PP, que sin cuestionar esta conducta la acatan y la practican desde cada una de sus concejalías, castigan a una ciudadana por no actuar del modo y manera que ellos imponen con usos aprendidos de antaño, cuando se gobernaba a los pueblos y no para el pueblo. Nuestra Carta Magna, en su Titulo1, De los derechos y deberes fundamentales, Art.20 / Capítulo 1, reconoce y protege la libre difusión de pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra (entre otros), citando en su capítulo 2: Que el ejercicio de estos derechos no podrá restringirse mediante ningún tipo de censura previa. Recuerden estas palabras la próxima vez que doña Celia Lledó hable de las estrictas legalidades con las que aplica su discriminación, y de aquellos días en los cuales su plataforma anti-parking protestaba y ella defendía los derechos ciudadanos de protesta como un valuarte de su ideario político o cuando decía, no hace mucho, que el fracaso de la izquierda fue gobernar de espaldas al pueblo. Pero claro, eso es pasado, y en estos momentos no es que se gobierne de espaldas al pueblo, porque difícilmente se puede ofrecer la cruz cuando ni tan siquiera vemos la cara.