Cartas al Director

Villena, donde pagan justos por pescadores

A finales de octubre, el concejal de Deportes, Luis Pardo, hacía honor a su apellido y la liaba parda una vez más, esta vez ante la convocatoria anual de subvenciones a clubes deportivos. Ya más que por incompetencia del propio concejal, parece que lo de encrespar los ánimos de los clubes y de todo aquel que se acerque al polideportivo se hace por pura tradición. Y es que no habido año bajo su mandato que haya estado exento de polémica.
El año pasado, uno de los clubes deportivos más notorios de nuestra ciudad, el V74, se vio fuera del reparto al no haber presentado su solicitud por una mayúscula metida de pata de su directiva, cosa que se hubiera solventado con una llamada previa por parte del concejal o del gerente de la Fundación Deportiva Municipal, que al parecer no notaron anomalía alguna en el hecho de que esa solicitud no fuera llegando al ir agotándose el plazo. Debieron pensar que uno de los puntales deportivos de nuestra ciudad iba sobrado ese año y no le hacía falta nada…

Esta nula comunicación con los clubes se plasma también en la redacción de las bases de este año. Y es que llama poderosamente la atención cómo se cambian los criterios de baremación sin dejar participar activamente a los clubes y sin tener en cuenta su realidad, primando casi únicamente el número y la distribución de los socios y federados. Bajo este criterio, se da el caso de que un club con un elevado número de socios inscritos pero que no tiene gran actividad, tiene acceso a una cantidad mayor que otro club con un menor número de efectivos pero que compite a nivel nacional y/o necesita un mayor desembolso en material. De igual modo, el hecho de que poseer categorías de iniciación al deporte penalice ya termina de hacer irrisorio el asunto, ya que deportes minoritarios terminan viendo como se les da la puntilla en el bolsillo.

Esto hace que por ejemplo, el club de Hockey, que requiere de más equipamiento y que tiene que desplazarse a localidades más lejanas al no haber equipos en las poblaciones cercanas, se haya quedado sin derecho a un solo euro por tratar de iniciar a categorías inferiores en un deporte “alternativo” (en lugar de terminar en el fútbol o el baloncesto como la gran mayoría) y que mientras tanto el esperpento continúe cuando un club que resulta más desconocido en Villena como el club de pesca (por citar a alguno y solo por buscar el juego de palabras en el título) se lleve un buen pellizco.

Y ante este panorama, el concejal decide que para no romper la dinámica, lo mejor es hacer una chapuza de notificación por whatsapp a los clubes el día anterior a la fecha de entrega de documentación, una chapuza de decreto para intentar deshacer la chapuza anterior y una irresponsable declaración echándole la culpa al interventor.

Imagino que el interventor será también el culpable de que aún no exista un plan de emergencias en condiciones para nuestro polideportivo, plan que ayude a evitar que se repitan casos como el de Alfonso, el chico que quedó maltrecho hace ya más de un año, y del que solo hay largas y actuaciones a medias. También será el responsable el interventor de que durante más de tres años no se haya sacado la plaza de Gerente de Fundación Deportiva Municipal para que la gente pueda opositar en lugar de ser una persona puesta a dedo, como ahora (y que dicho sea de paso, también amarga a todo aquel que se acerca al polideportivo, ya sea con su club deportivo o para montar un festival). Y también debo entender que el interventor es quien quiere cambiar los estatutos de la FDM para que al final termine perdiendo el sentido como entidad ya que carecería de trabajadores (y de paso que el concejal y el gerente tengan menos mareos que atender y se los encasqueten a otro).

Ya que por lo visto el interventor es el culpable de todo esto que cito, me pregunto por qué no nos plantamos toda la ciudadanía en el ayuntamiento pidiendo que esa persona sea cesada de su puesto cuanto antes para que deje de perjudicar a nuestra población. O casi mejor que no nos lo preguntemos, no sea que los culpables de todo esto no sean el interventor, sino el concejal y el gerente de la Fundación Deportiva Municipal, y a esos se les puede echar… ¿no?

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