Ayer lunes comenzaba el curso escolar 2017/2018 en nuestra localidad. Un comienzo con aparente normalidad en el que, aparte de las habituales vacantes de profesores sin cubrir en los primeros días, cabe destacar la mala noticia que siempre supone el cierre de un colegio público, en este caso el centro rural de la pedanía de La Encina, que finalmente la Conselleria de Educación ha optado por cerrar al no contar con el mínimo de alumnos que, según los criterios de la administración autonómica, eran necesarios para mantenerlo abierto.
Los centros de Educación Infantil y Primaria están dando la bienvenida, en estos primeros días del curso, a los 368 niños y niñas de 3 años que por primera vez van a pisar las aulas de los colegios y que, dependiendo de cada centro, se van a incorporando de forma paulatina en uno o varios días.
Según informan desde la Concejalía de Educación, en alguno de los colegios de Primaria el curso ha empezado faltando algunos profesores, pero se espera que a partir de mañana cuando Conselleria realice nuevas adjudicaciones de plazas se cubran las vacantes. Concretamente faltan maestros en El Grec (2), en Ruperto Chapí y La Celada (1 plaza en cada uno) y Joaquín María López (cubrir una reducción de jornada). Además en Príncipe D. Juan Manuel está vacante la plaza de Pedagogía Terapéutica.
Respecto a los Institutos de Educación Secundaria, la concejalía apuntaba que en el Hermanos Amorós están por cubrir 3 bajas y 1 plaza vacante, mientras que en el Navarro Santafé hay por cubrir una baja por maternidad y 14 horas) en el Ciclo Formativo de Mecanizado. Asimismo en el IES Las Fuentes está vacante la plaza de conserje, que se adjudicará en unos 15 días, según Educación.
El fin de un colegio
Desgraciadamente también tenemos que hablar del cierre del colegio de La Encina, que llevaba años en declive. El pasado curso había vuelto a resurgir, y se albergaban esperanzas de que permaneciera abierto durante unos cuantos años, gracias a la matriculación de nuevos alumnos venidos de otras zonas, por el atractivo del proyecto piloto de educación alternativa que puso en marcha la Conselleria.
Sin embargo la experiencia no cuajó y varias familias optaron por matricular a sus hijos para este curso en otros centros de Villena o de otras poblaciones. Así que, los pocos alumnos (sólo 4) que habían quedado con la intención de continuar allí sus estudios en 2017/2018 han visto cómo se truncaba esta ilusión, cuando finalmente la dirección territorial ha optado por darles de baja del centro sin avisar a sus padres y cerrar sus puertas por el momento. Una actuación que no ha gustado a sus progenitores que, ante la falta de respuesta de la Concejalía de Educación sobre la continuidad o no del centro, tuvieron que optar a finales de agosto por buscar a la carrera otro colegio donde matricular a sus hijos para que no se quedasen sin plaza este año.
