Apaga y vámonos

Villena ¿interesa?

Tenga una exclusiva, señora, se la regalo: Las mentes pensantes de Antena 3 han decidido mandar un equipo de reporteros a Villena para realizar, qué originales, un programa dedicado a los curanderos que supuestamente abundan por estos pagos.
No va de coña. No sé cuándo vendrán ni el programa en que piensan emitirlo, pero Antena 3 ha llamado a Villena –entre otros sitios a EPdV– en busca de incautos dispuestos a prestar sus palabras para que se las recorten, tergiversen y manipulen y volvamos a quedar, para variar, como una aldea de brujas, santones y paletos. Y de esto entiendo un rato, pues lo sufrí en carne propia. Fue hace un par de años. Ignorante de mí, me presté para dejar bien alto el pabellón local en un programa de Canal 9 (tampoco recuerdo el nombre, ni el de la presentadora; eso sí, si viviéramos en EE.UU. les describiría a la chica diciendo que es afroamericana). Cansado de ver cómo nos suelen poner en los medios, me preparé a conciencia la intervención y acabé hablando del calzado de Villena, de su agricultura, de su historia y sus monumentos, de su teatro… El resultado, el tristemente esperado: me tuvieron liado tres horas, me grabaron más de media y emitieron treinta segundos en los que, mira tú por dónde, admitía que curanderas, haberlas, haylas, que tampoco era plan de mentir ante tanta gente. Eso sí, a un fulano más raro que un ocho, vestido con túnica y con bola de cristal y velas sobre la mesa camilla, al que yo no he visto en mi vida en Villena, lo presentaron como vecino y le dieron todo el tiempo del mundo para explicar la inexplicable magia que emana de las entrañas del terruño.

Me cuesta creer que los productores de programas para teles “serias” sigan pensando que el tema es original e interesa, ya que a estas alturas deben haber desfilado por nuestro pueblo todas las que son. Así que me hago cruces intentando explicarme cómo es posible que cada dos por tres (seis) sigan apareciendo buitres por aquí (metafóricamente hablando) para dar la matraca con lo mismo. Y he llegado a la conclusión de que los provocamos. Me explico: Que nazca un animal –pongamos un conejo– con una malformación genética puede ser una anécdota o una desgracia, pero a no ser que tengas cerca una central nuclear y haya sospechas fundadas de una posible relación entre un hecho y otro (véase el pez de tres ojos de Los Simpsons), en ningún sitio es noticia. Salvo en Villena, donde hay páginas web de tráfico multimillonario que se encargan de lanzar a todo el universo tales “grandezas” de nuestra patria chica, contribuyendo así a fomentar la imagen de aldeanismo e ignorancia que tanto odiamos algunos y que tanto deberíamos combatir todos, puesto que no se corresponde en absoluto con la realidad.

Por si no me siguen, les pondré otro ejemplo: en los sitios serios, cuando aparecen unas grietas en el suelo de una iglesia, lo normal es preocuparse, digo yo, por las pequeñas obras de reforma que se están realizando en el local adyacente. O por la tremenda excavación practicada en el solar de al lado, donde casualmente se está llevando a cabo la construcción de un edificio de viviendas. Pero eso, ya les digo, sólo pasa en los sitios serios. Aquí preferimos publicar (para billones o trillones de lectores) que dichas grietas son “un misterio de la Santa Iglesia”. No sé qué piensan ustedes, pero yo lo tengo muy claro: si ésa es la imagen que nosotros mismos damos de Villena, ¿qué coño esperamos que piensen los demás?

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