Villena no se merece esto

Fue el 5 de diciembre cuando EPDV que hasta entonces había optado por mantener una postura de prudencia decidió hacer pública la noticia, impulsado por unas declaraciones de Vicente Rodes en las que, por primera vez, se reconocía públicamente la ruptura del grupo municipal del Partido Popular.
Entonces subrayábamos que lo que suceda en el seno del PP es problema única y exclusivamente del propio PP, pero ya se podía vislumbrar lo que a día de hoy es una triste realidad. De hecho, señalábamos que no podemos dejar de preocuparnos por las consecuencias que se puedan derivar para Villena y su equipo de gobierno, pues difícilmente se puede trabajar bien cuando no hay comunicación entre la Alcaldesa y muchos de sus concejales.
Desgraciadamente, ese horizonte que en diciembre se veía lejano ha llegado. El problema existe, la división es enorme y, mucho nos tememos, va a ser muy difícil, por no decir imposible, recomponer la situación.
Concejales que piden el aplazamiento de una Junta de Gobierno o la abandonan para no tener que votar algunos proyectos que ni siquiera les han sido consultados. Represalias por parte de Celia Lledó en forma de expulsiones Serra, Pedrosa y Richart, que conducen al abandono de un cuarto Oliva y a la negativa de otros dos Abellán y Peralta a integrarse en dicho órgano. Acusaciones veladas de captación de afiliados de forma sospechosa. Insinuaciones sobre querellas. Cargos de confianza designados a dedo con más mando en plaza que concejales elegidos democráticamente, a los que se les ha designado un coordinador para controlar sus decisiones diarias y de telón de fondo la posibilidad de una moción de censura, que en diciembre fue inocentada y que hoy, a pesar del rotundo desmentido, está más presente que nunca en conversaciones y corrillos.
Resulta extremadamente difícil comprender cómo ha sido posible dilapidar, en apenas 20 meses, la mayoría absoluta más grande conocida por Villena, un triunfo gestado sobre la inmensa ilusión de miles de ciudadanos y la expectación de todos, que veíamos cómo, al fin, las administraciones iban a tenernos en cuenta y Villena se disponía a dar ese salto de calidad que tanto necesita. Nada más lejos de la realidad. A día de hoy, Villena tiene gobernantes que no se hablan entre sí y que dedican su tiempo, en lugar de a trabajar por quienes les pagan, a conspirar y malgastar sus energías en una guerra interna que, a quienes no somos del PP, ni nos va ni nos viene.
Definitivamente, Villena no se merecía esto.