Villena, una ciudad dividida (cada vez que llueve)
Afortunadamente, la tormenta caída durante la tarde del viernes no ha tenido nada que ver con la de la semana pasada. Eso sí, lloviendo sobre mojado, las cuatro gotas de hoy han vuelto a poner de manifiesto lo necesario de una buena red de pluviales que no solo evite accidentes de gravedad, sino que simplemente nos permita seguir con nuestra vida y nuestros negocios, si no es mucho pedir.
Por todos es sabido que, apenas llueve un poco, muchas calles de nuestra ciudad se convierten en auténticos ríos, dificultando sobremanera el normal transcurrir de la vida ciudadana. La cosa es tan sencilla como que nuestra ciudad, en innumerables puntos, queda dividida por las ramblas, que en muchos casos impiden cruzar de una calle a otra (obligación ineludible no pocas veces, dada lo peculiar de la morfología urbanística de Villena) y, en el resto, obliga a los ciudadanos a liarse la manta a la cabeza, encomendarse a sus santos favoritos y que sea lo que Dios quiera
Niños. Adultos. Mujeres. Hombres. Ancianos. Embarazadas. Papás. Mamás Todos ellos tienen que cruzar. El resultado pueden verlo pinchando aquí.
PD. Aunque esta nota tengo un tono un tanto jocoso, sirva como denuncia de una situación mil veces denunciada. Aprovechando las obras que haya que hacer para evitar accidentes como el de la Rambla Conejo o la calle Trinidad, quizá sea el momento de evitar más episodios como éste.