Y ahora por fin se inicia la era posmística y ciberanímica para la salvación eterna
Ha sido un largo camino, pero al final La Gran Reestructuración Espiritual ha sido completada, y ahora, por fin, en el denominado año de la Ius primae noctis (2014 del antiguamente llamado siglo XXI y ahora inicio de la nueva era posmística y ciberanímica), la Unificación Divina es un hecho ante el que todos podemos postrarnos para encontrar la paz interior y la salvación eterna.
[El capirote emplumado sobre su cara tatuada tiene antiguos signos cherokee.] El primer paso no fue difícil. Incorporar a nuestra causa viejas y minoritarias creencias de tipo casi prehistórico desperdigadas por el globo, como esos pueblos aborígenes de Australia o Brasil, fue cuestión de unas baratijas y unos cuantos efectos especiales, prácticamente el mismo sistema que hemos utilizado durante siglos para estos casos. El siguiente paso fue un poco más complicado, pero con una buena política de inversiones y fusiones y un trabajo diplomático agresivo y elocuentemente persuasivo, conseguimos que esa pléyade de pequeños grupos religiosos como los caraítas, los menonitas, los veterocatólicos, los veterocreyentes, los caodistas, los ismailitas, los drusos, los mandeos, etcétera, fueran agregándose a la causa a cambio de una compensada redistribución de bienes materiales y cargos intermedios en el organigrama de la fe. [La sotana/toga naranja que lleva está profusamente decorada con palabras árabes y alegres alegorías budistas.] Evidentemente, el paso siguiente fue mucho más complejo, porque suponía atraer a nuestro seno a las otras grandes religiones que poblaban el planeta. Para ello hubo que poner en marcha toda una batería de medidas negociadoras hábilmente mordaces, como ofertas públicas de adquisición no siempre amistosas, manipulación de información a través de influyentes medios de comunicación afines (rozando en algunos casos el inevitable pero necesario chantaje personal), creación de numerosas corporaciones piadosas que permitieran que todos los altos prebostes encontraran su parcela de influencia y su realización personal (cosa que supuso cuantiosas compensaciones económicas en algunos casos discretamente opacas), y, en definitiva, todo un nuevo marco de cooperación y acatamiento con el único objetivo de poner al servicio de nuestros fieles una sola casa de Dios, la ahora y para la eternidad llamada Iglesia de la Unificación Divina. [La larga cadena incrustada de piedras preciosas que cuelga de su cuello termina en un extraño artificio dorado que mirado detenidamente resulta ser una mezcla de símbolos de las hasta hace poco principales religiones del mundo.] Sí, es cierto que el cambio ha sido profundo, y que para dar forma y fundamento a esta definitiva fe hemos tenido que redactar un nuevo libro sagrado con incorporaciones negociadas de todas las otras creencias, así como crear una web de consulta sobre el uso de las nuevas liturgias, ya que había gran confusión con asuntos como el de utilizar en la eucaristía leche de vaca sagrada de la India en vez de vino, o el del orden exacto de intervención de los chamanes regionales durante la santa misa, pero todo es acostumbrarse y encontrarle el punto a, por ejemplo, las procesiones de Semana Santa con dragones y bailes orientales mientras niñas vestidas de krishna y complejamente ataviadas con múltiples brazos realizan originales saludos de todos los rincones del mundo. [Con alegría se rasca la espalda con el báculo coronado por una cabeza de cobra egipcia.] Todo sea porque la verdad de la verdad resplandezca sin obstáculos ni afectaciones.