Cartas al Director

25 de noviembre

El 25 de noviembre, como ya casi todo el mundo sabe, es el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. La violencia contra las mujeres es cualquier acción encaminada a controlar a las mujeres, por el hecho de serlo, en el ámbito privado o público.
Existen muchas formas de ejercer la violencia. Aunque descendiendo a lo concreto podemos decir que, violencia es cualquier acto que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico. Según María Jesús Miranda López, Profesora Titular de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, existen al menos 5 formas de violencia contra las mujeres y las niñas: la violencia simbólica; la violencia física intergrupal (la guerra, el terrorismo, la violencia mafiosa); la violencia económica; la violencia institucional; la violencia física interindividual. Y es esta última de las violencias, la que lleva a convertir en asesinos de sus mujeres, a quienes presuntamente debían amarlas y cuidarlas. (Mientras subsista una relación basada en la desigualdad y en la subordinación, la mujer ofrece condiciones óptimas para convertirse en objeto de agresión).

La presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, Montserrat Comas, ha denunciado que la violencia machista es la segunda causa de muerte intencionada en España, únicamente superada por el terrorismo etarra e islamista. Según los datos aportados por Comas, entre los años 2001 y 2006 hubo en España un total de 523 mujeres que fallecieron debido a agresiones en el ámbito familiar, de las que 414 se debieron a ataques de sus parejas o ex parejas. Por otra parte, según una macro encuesta realizada por el Instituto de la Mujer, en nuestro país, el 20% de los varones agraden a sus parejas.

Eso significa que en una población como Villena, estadísticamente tocamos a unos 4.000 agresores, es decir, que aunque usted no sea uno de ellos, es casi seguro que conoce a alguno y si no es así, lo que si es seguro es que ha escuchado la noticia de una mujer asesinada o el comentario sobre algún agresor. ¿A que se le revuelven las tripas cuando lo oye? Pues cuando escuche algún comentario acerca de una agresión, no se quede callado ni se limite a decir “pobrecilla”. Y cuando tenga oportunidad ¡encárese con el agresor y dígale abiertamente que esa no es forma de tratar a ninguna persona!

¡DÍGALE QUE ELLA NO ES DE SU PROPIEDAD, SINO QUE TIENE AUTONOMÍA PROPIA Y POR LO TANTO PUEDE HACER LO QUE QUIERA, INCLUSO DEJARLE SI YA NO CUBRE SUS EXPECTATIVAS…! ¡DÍGALE QUE LA “HOMBRÍA” NO SE DEMUESTRA IMPONIÉNDOSE POR LA FUERZA, NI INSULTANDO O MENOSPRECIANDO! La hombría, según la define el diccionario de la RAE es: “Cualidad buena y destacable de hombre, especialmente la entereza y el valor”. Por cierto que, su homóloga debería ser “bujería”, ¿o acaso estas cualidades no se pueden dar en las mujeres? Claro que sí, pero por más que busco no consigo encontrar en el diccionario ningún término que se le parezca o que incluya a la mujer. ¿Será esto otra forma más de violencia?

Aquí puede venir a colación la tan debatida asignatura Educación para la Ciudadanía, atacada por los sectores más reaccionarios de la sociedad, y entre sus contenidos, sin embargo, se encuentra el abordaje de la igualdad de hombres y mujeres en la familia y en el mundo laboral, el respeto a todas las personas aunque sean diferentes o piensen de manera diferente… Pero, ¿a quién le interesa eso? No al capital, que se nutre del consumo entontecido; no a las iglesias, que anteponen la fe a la razón; no a la clase política, que lo que buscan son votantes incondicionales. Y es que aprender no significa procesar información, sino generar pensamiento, que es lo que pretende la Filosofía en su estado más puro. Y en la Filosofía se encuentra toda la educación para la ciudadanía (en la Filosofía también está presente el pensamiento de las filósofas feministas). Y, sobre todo, toda la educación posible para la LIBERTAD. Sí, la libertad con mayúsculas, la libertad en su más amplio sentido de la palabra. La libertad para pensar, opinar, disentir, decidir…, incluso a riesgo de equivocarse. Y es que, ya lo dijo Hypatia en el año 370 antes de nuestra era, “Resérvate el derecho de pensar: incluso equivocarse es mejor que no pensar nada”.

Pero ahora, volvamos al tema de los maltratadores. Y es que no vale que les busquemos disculpas diciendo que están enfermos o que no sabían lo que hacían, porque está demostrado que no es cierto, no son enfermos, sino que muchos agresores utilizan el alcohol o las drogas como facilitadores de la violencia.

Otra creencia errónea que está muy arraigada tanto en los varones y, desgraciadamente en muchas mujeres, es creer que cuanto más te controlan es cuando más te quieren. Y es que la causa fundamental de la violencia que ejercen los hombres contra las mujeres, es conseguir el control del conjunto de las mujeres. Por eso, cuando pierden el control sobre ellas, hay hombres que no lo quieren aceptar y las matan. Por eso, el maltrato a una mujer es el maltrato a todas. Por esta razón, cuando alguna conducta no nos parezca adecuada, las mujeres debemos aprender a decir “no” desde el principio, por esta razón no debemos consentir que nuestro novio o pareja decida por nosotras qué hacemos, dónde y con quién vamos o cómo nos vestimos, porque esto también es violencia. En la medida en que todas y todos tomemos conciencia de ello, los pensamientos y como consecuencia las costumbres y también las acciones empezarán a cambiar. Pero mientras esto sucede, no nos queda más opción que denunciar y exigir que se aplique la ley con su máximo rigor.

Fdo: Rosalía Sanjuán (Colectivo Luna de Mujeres - Villena)

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