Admitida a trámite la denuncia de la Peña Taurina contra el ayuntamiento por vetar las corridas de toros en Villena

La Peña Cultural Taurina Villenense, a través de la Fundación Toro de Lidia, interpuso un recurso contencioso-administrativo contra el ayuntamiento de Villena por “vulnerar las leyes y la Constitución con su prohibición de celebrar corridas de toros en Villena”, una denuncia que, según informaba Miguel Ortuño, presidente de la Peña, ha sido admitida a trámite.
Ortuño señalaba que “como Peña no podíamos hacer algo así por falta de recursos económicos, pero esta Fundación, conformada por toreros, empresarios y ganaderos, está luchando por el futuro de la tauromaquia y ayudando a los aficionados en su lucha contra los ayuntamientos que, vulnerando las leyes, entre ellas la propia Constitución, están vetando la celebración de corridas de toros”.

El representante de los aficionados de nuestra ciudad explicaba que “no vamos contra personas o partidos en concreto, sino que luchamos por nuestros derechos porque pensamos que la ley nos ampara. A algunas personas podrá no gustarles la tauromaquia, pero es una actividad legal, y por lo tanto no se puede prohibir”. El ayuntamiento, añadía, “puede poner trabas, como subir el precio de alquiler de la plaza, y eso es legítimo, pero si viene un empresario dispuesto a asumir ese precio, no hay razones legales para prohibir ese espectáculo”, decía.

El proceso, concluía, “es lento, porque ya sabemos cómo va la justicia, y por ahora no podemos decir más. Ya informaremos cuando tengamos más noticias al respecto”, apuntaba.

Deterioro de la plaza de toros
En otro orden de cosas, Ortuño ha celebrado que “la plaza ya esté casi pagada”, recordando que “la Peña se constituyó precisamente para pelear por su reconstrucción" e instando al ayuntamiento a “celebrar más eventos en ella, también toros, y sacarle el mayor partido posible”.

No obstante, lamentaba que “apenas 6 años después de su inauguración, muestre un importante deterioro por falta de mantenimiento, presentando humedades en su fachada y muros, desagües embozados y no haber recibido ni una mano de pintura desde entonces. Y menos mal que es cubierta y el sol y la lluvia no la dañan tanto, pero si seguimos así, muy pronto tendremos que lamentar el estado de una edificación que es patrimonio de toda la ciudad y que ahora está dejada de la mano de Dios”, decía.