Tenis

Alcaraz vuelve a sufrir, pero ya está en cuartos de Wimbledon

Dio lo mejor de sí durante los dos primeros sets, pero volvió a sufrir unos altibajos desconcertantes antes de encauzar el partido

El toque de atención a Carlos Alcaraz en los octavos de Wimbledon tuvo un efecto positivo inmediato durante un tiempo. Después de los sudores fríos pasados ante el estadounidense Frances Tiafoe, el vigente campeón necesitó otro nuevo aviso para reaccionar de manera fulgurante y definitiva para plantarse en los cuartos de final, este martes contra el castellonense Roberto Bautista o estadounidense Tommy Paul.

El pupilo de Juan Carlos Ferrero, 21 años y nº 3 mundial, volvió a dar los mejor de sí mismo durante muchos minutos, pero en medio hubo otra fase desconcertante, incidiendo en esos altibajos que pretende eliminar. Necesita hacerlo, el torneo se pone más serio y cada vez se estrecha más el margen de error.

Aunque compite con solvencia. Es su séptima presencia consecutiva en cuartos de un Grand Slam, no falla en esta ronda desde que cayera en octavos de Wimbledon 2022. Un dato que dice mucho a su favor, en cualquier circunstancia.

Derrotó al zurdo francés Ugo Humbert, 26 años y nº 16, por 6-3, 6-4, 1-6 y 7-5 en 2h.58' de tenis bajo el techo de la pista central, que aguantó una corta pero intensa tormenta. La lluvia repicó tan fuerte en la cubierta que por instantes ni permitió que se escuchara el golpeo de la bola. Sonaban también más los relámpagos.

En esa etapa del encuentro iba como un rayo Carlos Alcaraz. Majestuoso primer set ante un rival con quien no se había medido antes. En el segundo salvó en el quinto juego cuatro bolas de 'break' con una autoridad destacable. Un ace por aquí, un saque y volea por allá. Ante el peligro, determinación y clase.

De repente, el despiste. Y a estas alturas de Grand Slam y con un oponente de técnica exquisita y una vocación innata de juego agresivo, como demanda el césped, el bajón se paga caro. En un plis plas, Alcaraz recibió un contundente 1-6.

Como es un superclase, en los momentos más delicados es capaz de reaccionar y ofrecer una 'masterclass' en unos minutos. Sucedió con 3-4 y 0-40 en el cuarto set. Tras la doble falta, se vio abocado al quinto. "¡No sé qué hacer!", gritó mirando a su equipo. Expulsó toda la rabia, sumó cuatro puntos consecutivos de máximo arrojo y tenis.

Un alivio. Le condujo al triunfo, que no pudo celebrar del todo hasta tenerlo bien ligado. Umbert quiso espectáculo hasta que Alcaraz por fin se lo negó.

Defender una corona con las expectativas de ser reciente campeón de Roland Garros supone asimismo una carga extra con la que lidiar. Alcaraz está ya entre los ocho mejores del torneo. Una invitación a la máxima concentración, la fase en que los más grandes van con todo. Está avisado el español, aunque sea una historia conocida para él y su entorno. Lo trabajan, sabiendo asimismo que el campeón de tres Grand Slams se aplica con mayor facilidad según va viendo más de cerca el trofeo, que “solo” está a tres partidos ya.

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