Tenis

Épica remontada de Alcaraz en la final de Roland Garros

El pupilo de Juan Carlos Ferrero gana su quinto Grand Slam tras firmar una de las mejores finales de la historia del tenis

Es una de las mayores gestas del tenis. Roland Garros 2025 comenzó con un homenaje a su rey, al catorce veces campeón Rafa Nadal. Dejó para la eternidad su huella plasmada en una placa incrustada en la tierra batida de la central Philippe Chatrier. Concluyó el torneo con una épica que tanto calificó al manacorí y que también porta por bandera Carlos Alcaraz, quien a sus 22 años firmó una remontada para la historia. Protagonizó uno de esos partidos que serán recordados siempre, uno de los mejores de la historia de este deporte. Un clásico dramático con un desenlace propio de un superhéroe.

Una auténtica salvajada deportiva. Nunca había levantado dos sets en contra el español. No sólo lo hizo, sino que con el arrojo de afrontar sin titubear tres bolas en contra de campeonato. Estuvo abajo 4-5, 0-40, tres pelotas de 'match' favor de Jannik Sinner en la cuarta manga. Las salvó con la convicción de un supercampeón, una fe indestructible. La que mantuvo cuando dejó escapar la oportunidad de sellar el título con 5-4 y saque en el quinto. Resucitó Sinner, el partido se metió en una dinámica de los mejores de este deporte.

Condujo al paroxismo a los quince mil espectadores del estadio. "¡Carlos, Carlos!", corearon intentando insuflar aire a un murciano que empezó con tan mal pie como brillante clausuró una final para el recuerdo. Esos mismos aficionados enloquecieron ante los gestos de Alcaraz para que le arropasen y le ayudasen a hacer realidad una hazaña legendaria. Rematada al límite, en el 'supertiebreak' la mejor de diez puntos, con dos ventajas.

Para los anales de Roland Garros y el tenis. Carlos Alcaraz, 22 años y nº 2 mundial, se impuso al italiano Jannik Sinner, 23 años y nº 1, por 4-6, 6-7 (4), 6-4, 7-6 (3) y 7-6 (10-2) en 5h.29', la final más larga de Roland Garros, tras el Mats Wilander-Guillermo Vilas de 1982, que alcanzó las 4h.42'. Y no tan lejos de otra epopeya, la final Novak Djokovic-Rafa Nadal del Open de Australia de 2012, de 5h.55'. Acabó con Alcaraz tendido en el suelo tras un magistral passing de derecha paralela. Al borde del llanto. Con ganas de celebrarlo con su grupo. Hacia él corrió al sprint. Una epopeya.

Alcaraz se está haciendo un lugar en el olimpo de los dioses de la raqueta con estos ejercicios de hacer real lo imposible. Y con un palmarés asombroso: salvó el pleno de cinco victorias en otras tantas finales de Grand Slam, siendo el tercero más joven que llega al quinto título 'major', tras el sueco Bjorn Borg y, por un día, el español Rafa Nadal.

Revalidó Roland Garros, como ya hiciera en Wimbledon 2023 y 2024. Irá a por el 'hat trick' a continuación quien abriera su palmarés en el US Open 2022. Un fuera de serie con 20 títulos profesionales en 26 finales, 11 de 16 en tierra batida. Nadie repetía en París de una edición a otra desde Nadal en 2019 y 2020.

No sólo es el final de etapa, sino el recorrido. Empezó trabado, falto de inspiración, dominado por el robot que tenía delante, con una racha de 20 partidos seguidos ganados en Grand Slam, 31 sets de una tacada. Hasta que emergió el Alcaraz de los milagros, con esos arranques de genio que arrasan con todo, como ya sucediera ante el propio Jannik Sinner y Alexander Zverev en el Roland Garros anterior.

Nunca había estado tan al límite Alcaraz, pocas veces el público francés se ha sentido tan atraído y arrastrado por un deportista que levanta pasiones. Hizo suyo el calor de la gente, que le ayudó a llegar al paraíso. Las finales están para ganarlas, suele repetir, y no es un dicho, sino un hecho en su caso.

Alucinante su reacción. Al igual de cómo aguantó el último suspiro de Sinner, otro titán que sufrió lo indecible, pero se negó a capitular hasta que le pasó por encima Alcaraz, que le infligió su primera derrota en final de Grand Slam, en su cuarta presencia.

Colofón a una gira de tierra inolvidable para Carlos Alcaraz. Campeón en Montecarlo y Roma, finalista del Godó, 22 victorias en 23 partidos. Líder del año en encuentros ganados (37-5), en títulos (4, con el indoor de Rotterdam) y puntos, sumando 2.000 más.

Va camino de discutirle el número uno a Jannik Sinner a partir de agosto. Lo está mareando. Le ha ganado los últimos cinco enfrentamientos, ocho de trece. Pero nada como lo vivido en París, en una final memorable. Tan extraordinaria como decidió que fuera un Alcaraz vestido de supermán. Descomunal. Apoteosis en París. Simplemente, alucinante. Andre Agassi entregó la Copa de los Mosqueteros a Carlos Alcaraz, quien además se aseguró un premio económico de 2.550.000 euros.

(Votos: 2 Promedio: 5)

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