Cultura

Alicante y Juan Palomo

Dicen que en una pareja de hermanos el pequeño aprende del mayor (también en femenino). Generalmente aprende lo peor, según versión de padre y madre, aunque yo creo que aprende las tácticas y las actitudes; yo creo que asume también los rencores, las cuentas pendientes, las aspiraciones. Y las reproduce a veces, en lugar de enmendarlas, en lugar de entender y aprender de los errores del mayor. El pequeño asume las circunstancias del mayor aunque no sean las propias y reproduce el comportamiento del mayor aunque en su caso resulte notoriamente injusto. Teorías, en cualquier caso, que enjuagadas en el Zerona alicantino con un par de Guiness, me dan por pensar en la capital de nuestra provincia.
Alicante como la hermana pequeña. Ignorada por Valencia como la hermana mayor. Alicante, con la vista puesta en Valencia, sufriendo su desprecio y reproduciéndolo en su ámbito provincial. Así podría explicarse un año más, dieciocho ediciones después, el menosprecio que muestra Alicante hacia el resto de la provincia cuando realiza la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos, o el Festival internacional de música contemporánea del pasado octubre. Se percibe el menosprecio en la ausencia de distribución de cartelería o de programas con el calendario de actuaciones, por ejemplo. Es como si los espectáculos no fueran a interesar a nadie de los pueblitos que rodean la capital, como si únicamente estuviera destinado a la ciudadanía de Alicante. Una actitud que roza lo grotesco si nos atenemos al interés general por los espectáculos de autoría dramática nacional y contemporánea. Claro que no se trata de hacer taquilla. Lástima. Más en los días que vivimos. Porque si realmente se tratara de promocionar la autoría dramática nacional, de llenar patios de butacas para hacer viable la actividad, o de convertir la muestra en un referente nacional, entonces otro gallo cantaría. Ya se preocuparía el señor Guillermo Heras, entre otras personalidades, de promocionar, o de arriesgar, para conseguir el propósito.

Por el momento la muestra, si nos atenemos a las críticas diarias de Marc Llorente, va dejando que desear (aunque basta con tener alguna iniciación en el tema para constatarlo al leer el programa). Y aún así, incluso dejando de lado la programación y difusión del evento, lo que me parece todavía más increíble es que Alicante haya dejado pasar la oportunidad de promocionar el nuevo espacio cultural que supone Las Cigarreras. Un espacio prácticamente inaugurado con la Muestra de Autores que va a dar cabida a todo tipo de actividades de carácter cultural y artístico. Oportunidad perdida para darlo a conocer en toda la provincia.

Pero parece que a Alicante le basta con sus gentes…, como a Valencia le basta con las suyas… ¡Cómo me atrae el terreno privado, incluso la privatización, cuando veo y sufro la apatía, el desprecio, el egoísmo, la indiferencia, la desidia, del ámbito público! Demasiados años ya promocionando un interés para tan pocos…

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