Resulta muy chocante a la vista de un observador cualquiera que desee ser objetivo en la valoración de los hechos observados, leer las opiniones vertidas por aquellos políticos adscritos a los grupos de oposición y de sus seguidores acerca de los proyectos que el equipo de gobierno presenta.
Es muy frecuente leer, especialmente en los foros de las versiones digitales de los periódicos, que ahora, es decir, a lo largo de la legislatura actual en la que gobierna el PP, hay que hacer lo que en la anterior legislatura se supone que le hicieron a los que entonces formaron gobierno municipal. Dicho de otra forma, criticar todos los proyectos, anticiparse a los hechos finales anunciando fracaso tras fracaso en aquellos mismos proyectos en los que el equipo de gobierno anuncia éxito en la consecución de los objetivos. Y cuando no se anuncia fracaso no se tiene recato a la hora de mostrar desacuerdo.
Tras mucho leer comunicados, réplicas y contrarréplicas, la mayor parte de la población acaba por no hacer caso a nadie y valorar aquello que es tangible. Dicho de otro modo, si la alcaldesa anuncia la firma de un convenio de cofinanciación con la Generalitat para rehabilitar la Plaza de Toros de acuerdo a la propuesta presentada por ella misma en el programa electoral, a otros les falta tiempo para desacreditar ese posible acuerdo. Cuando la firma es inminente, se propone votar en contra y entre todo esto, la lista de argumentos, a cual más retorcido, llega a tener una guinda encima de otra. La última que leía y en la que no puedo estar de acuerdo de ninguna de las maneras es aquella que, aprovechando al supuesta situación de déficit de nuestra Comunitat, ponía en duda el pago de los 15 millones de euros que Celia anunciaba haber logrado de la Generalitat destinados a cubrir esa parte de cofinanciación que asume la Generalitat.
No quiero ser injusto pero hay veces que me da la sensación de que no es que se esté en contra de dicho proyecto, sino que se está anclado en aquello de cuanto peor, mejor. Siento decirlo, pero me da la impresión de que aquellos que no gobiernan, no desean que Villena disponga de nuevas obras y que tampoco quieren que se progrese en nuestra ciudad.
Y no me cansaré de decir que ese proyecto, el de la rehabilitación de la Plaza de Toros, no es el mejor proyecto que el PP tiene en su programa, podrá haber sido la estrella, pero no es, ni por asomo, el más importante. Pueden decir, quienes perdieron estrepitosamente las pasadas elecciones, que aquel famoso DVD y el contenido del mismo fue lo determinante para que se produjese el vuelco electoral que se produjo en mayo. No puedo estar de acuerdo, tal vez puedo comprender que así se piense, pero no que sea cierto.
El PP tenía y tiene un programa electoral cuyo contenido lo formaba un buen puñado de proyectos que podrían, en caso de llevarse a buen puerto, suponer un auténtico revulsivo para nuestra ciudad y el bienestar de sus ciudadanos. Hablo del puerto seco, de la escuela oficial de idiomas, la puesta en marcha del tercer instituto, por poner unos pocos proyectos que, como digo, pueden suponer un plus para nuestros vecinos. Hay otros, como no, muy importantes a los que parece que nadie consigue hincarle el diente como es el problema de las vías. Sea como sea, lo cierto es que aquellos que vaticinan fracasos, como no acierten, se van a quedar, al menos, otros cuatro años en el banquillo, y es que eso de Villena como objetivo parece que se queda sólo en las buenas palabras.
