Viéndolas pasar

Los brotes verdes y las elecciones europeas

Han pasado las elecciones y han dejado como resultado una victoria del PP que cada uno está interpretando como quiere o como le conviene, vamos, como siempre que hay alguna cita de este tipo, nadie pierde y todos ganan. Eso sí, unos ganan más que otros.
Escuchaba el otro día que desde el PP se hablaba de mociones de confianza, de censura… de pérdida de apoyo social al gobierno de Zapatero y además, empeñados en llevar los resultados de estas “europeas” a un plebiscito sobre las “nacionales”. La verdad es que no sé si el personal está viendo los brotes verdes de los que hablaba Zapatero o si se los han fumado y están alucinando porque, mire Ud., lo del domingo pasado, nos pongamos como nos pongamos, no es ni más ni menos que la votación de un porcentaje muy bajo de la población a un remoto gobierno europeo que se constituye en Bruselas y que, en principio, no debería representar otra cosa que engrosar la nómina de eurodiputados que se pasarán los próximos 4 años de viaje a la capital belga y con un buen sueldo al mes.

Si difícil es extrapolar estos resultados al ámbito de un país, no digamos ya traerlos a nivel municipal. Quien haya querido ver en este resultado la confirmación o censura de la gestión de gobierno que se hace en cualquier pueblo o ciudad española, desde luego está muy desencaminado.

Eso sí, bien puede ser que, una vez más, el que está equivocado soy yo y resulta que estos eventos no son más que evaluaciones periódicas previas a la evaluación final que da como resultado un Presidente de Gobierno o un Alcalde… a saber, igual tienen razón quienes así lo piensan.

Y no es que lo digan unos cuantos, es que se han empeñado en hacerlo así los principales espadas de todos los grandes partidos políticos y por tanto, a uno se le queda una sensación de haber hecho el tonto yendo a votar a una convocatoria que no era para lo que se anunciaba sino para lo demás. Algo que ya se intuía en la campaña electoral, con el traído y llevado asunto del Falcon y el uso y abuso que se ha hecho de los trajes de marras que, a las pruebas me remito, para lo más que han servido –al menos esto último– es para que el PP haya metido otros 15 puntos de distancia al PSOE en nuestra Comunitat Valenciana. Si sirven esos análisis como resultados finales, tómense nota y extraigan como conclusión que la gente sabe aguardar hasta, por lo menos, la existencia de una sentencia firme.

Y del mismo modo que para los eurodiputados ha concluido una etapa y, a la vez, ha dado comienzo otra nueva, para un servidor sucede más o menos lo mismo. Quiero decir que me tomo un respiro en esto de escribir columnas y de emitir opiniones que, muchas veces, son tan subjetivas que rozan lo injusto, en todo caso, suelen ser políticamente incorrectas y puede que también basadas en la ignorancia.

Ha sido una etapa bonita y también tensa en la que, fiel a mi modo de pensar, he escrito aquello que pensaba y siempre tratando de ser respetuoso con las personas o entidades a las que encaminaba mis críticas. Amigos no creo haber cosechado muchos; enemigos, supongo, un buen puñado. Les agradezco, amigos lectores, su paciencia y sus palabras de ánimo cuando les ha gustado lo que escribía y también agradezco la crítica, de ella se aprende mucho. Gracias a la Dirección de EPdV por este periodo en el que ha permitido que me asomase a sus páginas con absoluta libertad de expresión.

Nota de Redacción: Por decisión voluntaria, hoy publica su última columna en El Periódico de Villena nuestro compañero El Observador, quien nos ha acompañado desde prácticamente el comienzo de nuestra andadura. Conste públicamente nuestro agradecimiento por su labor en esta casa, que siempre será la suya.

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