Cartas al Director

Apropiado inicio de la Semana Santa con Leo Bassi

Acabo de leer la programación de la Casa de Cultura en Internet y cuál no ha sido mi asombro al comprobar que está prevista la representación de la obra de Leo Bassi que tanta controversia ha tenido en los medios de comunicación.

Me asombro porque no entiendo como una obra cuyo contenido ha ofendido a un sector muy grande de la población se va a representar aquí, en mi pueblo. ¿Sabe la concejala de Cultura de qué va la obra? ¿Cree que es el momento idóneo para crear más polémica de la que ya hay generada estos días con motivo de la falta de respeto hacia las creencias de una gran parte del pueblo español a raíz del libro que se publicó en Extremadura? ¿No tienen todavía claro cuál es la definición de libertad y de respeto hacia los demás?

El viernes treinta de marzo empiezan los actos de Semana Santa. Justo a la misma hora un grupo numeroso de personas salen a la calle, como lo vienen haciendo desde que yo era muy pequeña, y recorren la ciudad rezando el Vía Crucis. En las Cruces otro grupo de Jóvenes representa algo alegórico a la pasión de Cristo. Otros recorren las calles con las cornetas y tambores trasladando pasos de Iglesia en Iglesia... Son sólo signos, ya lo sé, pero son queridos, respetados y muy sentidos para muchos. Y creo que la libertad del arte tiene un límite, y debe ser el respeto a los demás y los demás son las personas, sus creencias, sus sentimientos, sus pertenencias, su recuerdo... ¿Qué insulto nadie aguanta? ¿Que se “caguen” en su madre? ¿Que se “caguen” en sus muertos? ¿Que escupan la foto de un hijo? ¿Que tiren por tierra tu apellido?... Pues para muchos la Madre del cielo es María de las Virtudes, el Padre, que además es nuestro, es Dios, que además porque nos quiso bajó a la tierra y lo mataron, y resucitó y nos dejó su esperanza, y por último, y nuestro apellido es ser Cristiano.

Quizás pocos tengan la valentía de decirlo, pero a mí me da igual, ser cristiano no se dice, se demuestra. Pero en este caso no puedo callar y he de declarar mi disgusto porque la representación de dicha obra me parece un insulto a mi condición de cristiana, y hablo por boca de muchos que piensan igual que yo. Estamos acostumbrados a levantar los hombros y pasar del tema con resignación. Pero creo que ya está bien de insultos. Hay un límite que no se debe cruzar, y es de no hacer sufrir a nadie.

Por último, y creo que lo más importante políticamente hablando. Si la obra se representara en un teatro privado, tendría que callar y aguantar, debe haber gente para todo y con todos los gustos. Pero se representa en un teatro público con dinero público, y con el dinero de mis impuestos y en mi nombre no me gusta que se hagan ciertas cosas. Con mi dinero no se insulta ninguna creencia, ni cristiana ni musulmana ni budista, ninguna. Ya está bien de falta de respeto en este país.

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