¿Bel.liana? Invenciones importadas
No encontrarán ningún documento antiguo donde el topónimo Bel.liana se escriba de esta manera. Esa l.l (geminada) mal importada de los vecinos del espetec, que se sacaron de la chistera una grafía inexistente antes del siglo XX inventada por un químico cubano llamado Pompeyo Fabra, el creador de una gramática catalana llena de vasquismos (tx-tz-tj), galicismos y arcaísmos de la lengua valenciana que usaban los literatos del siglo de oro de las letras valencianas. Nadie pronuncia Vil.lena, en dos golpes de voz. Es una imposición que debería erradicarse.
Domene Verdú indica que el origen del topónimo sería el término بليانة «Bilyāna», netamente árabe, y significaría «la llenada (por Alá)». Esa forma árabe, documentada a partir del siglo XI, habría evolucionado de dos maneras distintas. De un lado, siguiendo las normas del castellano medieval, a «Belliena», tal cual aparece en la Historia Roderici (hacia 1190). Esta forma, no obstante, habría desaparecido a raíz de la conquista cristiana de 1241 a favor de la forma Billena, según las reglas fonéticas propias del aragonés (la fabla aragonesa no usa l.l) que hablarían la mayor parte de los repobladores cristianos.
A partir del siglo XV, y atraída la grafía por la palabra villa debido a la ya mayoritaria confusión de b y v entre los hablantes de español, se consolida la forma «Villena», que ha permanecido inalterada hasta la actualidad.
¿Be.liana F.S.? Recapaciten.