Bueyes
“Aquí no necesitamos hombres que piensen; lo que necesitamos es bueyes que trabajen”
Seguimos bebiendo de la recomendable fuente de El laberinto español de Gerald Brenan. Valga decir que es una obra escrita por el hispanista intentando entender el porqué de la guerra civil en España.
En una de las notas adicionales, para redundar en el abandono de la Educación en España, abandono al parecer endémico a pesar de los contados y minoritarios intentos renovadores, constata el desdén de Bravo Murillo, ministro de Isabel II, hacia la Enseñanza. Desdén que es prevención para defensa de sus intereses elitistas:
¿Ustedes desean que yo autorice una escuela a la cual asistan 600 trabajadores? No en mis días. Aquí no necesitamos hombres que piensen; lo que necesitamos es bueyes que trabajen.
Mediados del siglo XIX, hombres que piensen no, "bueyes" que trabajen sí. Siglo XXI, hombres que piensen no, "máquinas utilitarias" sí. Lo denuncia la filósofa Martha C. Nussbaum en Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades. Lo denuncia cuando dice:
Se están produciendo cambios drásticos en aquello que las sociedades democráticas enseñan a sus jóvenes, pero se trata de cambios que aún no se sometieron a un análisis profundo. Sedientos de dinero, los estados nacionales y sus sistemas de educación están descartando sin advertirlo ciertas aptitudes que son necesarias para mantener viva a la democracia. Si esta tendencia se prolonga, las naciones de todo el mundo en breve producirán generaciones enteras de máquinas utilitarias, en lugar de ciudadanos cabales con la capacidad de pensar por sí mismos, poseer una mirada crítica sobre las tradiciones y comprender la importancia de los logros y sufrimientos ajenos. El futuro de la democracia a escala mundial pende de un hilo.
¿Más claro?
¡Ah, qué poco hemos cambiado!