¿Casualidad o Providencial?
Hace un año aproximadamente el barrio catalán, tocayo de un servidor, se vio muy afectado por el socavón producido por las obras de soterramiento del metro con su correspondiente corrimiento de tierras. Literalmente se tragó varios edificios y dejó más que mermada la confianza de los vecinos en lo que, en todo caso, debe ser un lugar sagrado: Sus hogares.
Yo no quiero frivolizar sobre el grave problema que afecta a los vecinos de Alto de los Leones ni de la calle Madrid de nuestra ciudad, es más, me solidarizo con ellos y espero puedan encontrar una solución adecuada a la situación dura que les ha tocado vivir con sus respectivos corrimientos de tierras que afectan a sus hogares.
Me lo decía un amigo: Todo encaja, el barrio catalán lleva tu nombre, el tema se pone de rabiosa actualidad en Villena y tú eres contrario al soterramiento. Bien vale una columna.
Y sí, tiene razón. Pero como decía, no quiero frivolizar sobre el asunto, pero si reivindicar que hace varios años dije en los foros que me oponía al soterramiento, entre otras razones, porque mi edificio está muy cerca de las vías del tren, que los terrenos y subsuelo de Villena son muy moviditos y que me preocupaba mucho que estas obras faraónicas, con tuneladoras hurgando las entrañas de la tierra tan cerca de los cimientos de estos edificios, pudiese soterrar algo más que las vías.
Desde luego, quien escribe no tiene ni idea de cómo se diseña y ejecuta una obra de estas características (alguien detrás de mi está diciendo que por lo visto algunos técnicos tampoco) y sólo me puedo dejar llevar por el sentido común* que me indica que si el empecinamiento con soterramiento no se para, puede ser que tengamos muchos problemas aquellos que vivimos cerca de las vías. Desde Rosalía de Castro hasta el Recinto Ferial, la manga de edificios lindantes con la vías es bastante larga, no será 2800 metros pero sí afecta a muchas familias y a muchas casas e hipotecas pagadas con sumo esfuerzo.
Yo no sé si esto es casualidad o considerarlo un hecho providencial, un aviso de lo que puede ocurrir si seguimos adelante con un soterramiento que cada vez tiene, aparentemente, menos valor para Villena. Me dirán que falta hacer las catas de los terrenos, en realidad, falta hacerlo todo acerca del soterramiento aunque para la señora alcaldesa sea un hecho consumado, lo cierto es que, sea como sea, si en las catas se nos dice que los terrenos no son apropiados, habremos perdido un tiempo precioso e invertido un esfuerzo importante en un bluf que, bien canalizado, hubiese resuelto el problema de las vías, definitivamente, alejándolas de la ciudad. Hasta aquí lo serio.
Permítanme una pequeña broma. Como no podía ser de otra manera, me vino a la mente, al conocer estos corrimientos de tierra, el concejal de Urbanismo, Don José Ayelo, y no porque sea materia de su competencia, que lo será, supongo, sino porque como decimos en tono coloquial, me hubiese gustado saber lo que pensaba cuando, después de verificar que no había daños personales y tomar las decisiones oportunas para minimizar los riesgos, se marchó a su casa. En un alarde de imaginación, me atreví a pensar en él mirando al cielo diciendo: ¿Y no podías haber hecho que se corriera la tierra debajo de la plaza de toros?
* Sentido común: Pensamiento lógico semejante a buen criterio y generalmente antagónico del pensamiento de los políticos. De unos años a esta parte es raro encontrarlo en las decisiones políticas, incluso, al más alto nivel.