Testimonios dados en situaciones inestables

Con esos glúteos pequeños y redondos que jugueteaban con la ley de la gravedad

Creo que la belleza es un gran don, ¿sabe?, pero no es fácil saber cuál es su propósito auténtico. Desde el primer instante en que la vi comprendí que era efectiva y definitivamente la joven más divina que la realidad podía contener [realiza una pirueta afectada con su mano derecha, lo que hace tintinear la ostentosa y dorada pulsera]…
… con esas piernas delineadas con tanta suavidad que parecían obra de un programa informático más que de la tosca biología, con esos brazos elegantes dando siempre sentido a cada pequeño gesto, con ese cuello perfecto en extensión y grosor y esa cabeza de tamaño y forma clásicos, con esos rasgos faciales más imaginarios que reales por su sencilla gracia y hermético misterio, con esa espalda cincelada con las herramientas de los sueños, con esos pechos apenas esbozados que dotaban de sinuosa y perturbadora elegancia a su torso, con esos glúteos pequeños y redondos que jugaban traviesamente con la ley gravedad, y, en definitiva, con la todavía más increíble y mareante suma de las partes, porque si cada pieza por su cuenta era ya un milagro, el total perfectamente ensamblado solo podía considerarse como la creación más sublime que pueda imaginarse. [Junta sus manos como para rezar, y sus ojos, con sombra suave de color aguamarina, bajan la mirada desde el infinito para pestañear varias veces.] Pero fíjese lo que le digo, su naturaleza visible no era lo mejor, porque entonces ocurrió que comenzó a andar hacia nosotros, recorrió una distancia de unos diez metros y... ¡Casi me desmayo! [Hace el simulacro de ahogarse mientras se da aire agitando la mano, lo que resucita el tintineo de la pulsera.] Aquella forma de caminar era única, mágica. Era como un cuento moderno, ¿entiende? Porque la pobre era camarera. Vino hasta nosotros para ofrecernos la carta del restaurante, pero era evidente que había sido creada para caminar hacia la eternidad. Yo soy capaz de ver esas cosas. La cité en mi agencia al día siguiente. A los seis meses era la top model más grande de la tierra. Firmaba contratos con las marcas más importantes. Y su forma de caminar creó escuela, se convirtió en el milagro más deseado por las demás modelos. [La piel alrededor de sus labios sutilmente coloreados se arruga en un gesto de contrición dejando entrever el vello drásticamente rasurado bajo un maquillaje como de opereta.] Y ahí empezó lo trágico de esta historia. Todas querían imitar su forma de caminar, pero lo único que conseguían era parecer todavía más imperfectas. Fue una catástrofe. Todo el mundo quería verla solamente a ella y despreciaban a las demás. Era como un hechizo. Nos hechizó a todos. Las otras modelos empezaron a tener graves problemas, a abandonar, a suicidarse. En poco tiempo nadie quería ser modelo. Y ella empezó a incubar un gran sentimiento de culpa y de infelicidad y a decir que quería abandonar. Entonces alguien la secuestró, y a los pocos días la encontraron troceada en un contenedor de basura. [Se tapa la boca con la mano derecha intentando recrear una estampa de gran consternación, y el tintineo de la pulsera suena triste como campanadas de difuntos.] No es fácil saber si lo hizo alguien que la amaba o que la odiaba, pero lo que parece claro es que no eran pocos a quienes no disgustaba este final. La belleza es un gran don, pero nuestras monedas están romas de tanto pagar espanto tras espanto, porque el negocio es el negocio.

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