Hay cuestiones que por mucho que se intenten ocultar acaban saltando a la vista de todos para sonrojo de quien ha pretendido que no salieran a la luz. Tal es el caso del famoso informe de la Universidad de Alicante sobre la contaminación del acuífero del Salero Viejo, que para nuestra desgracia ha confirmado todas las sospechas, es decir, la contaminación de la reserva de agua debida, presuntamente, a las filtraciones del vertedero.
Confirmada la misma a los ojos de la oposición, son dos las cuestiones candentes que ascienden al primer plano: el injustificable retraso en su difusión por parte del equipo de gobierno, que al parecer ignora que el Ayuntamiento somos todos y no solo quien manda, y la gravedad intrínseca de la contaminación, cuya trascendencia nos obliga a centrarnos en ella y dejar la falta de transparencia para otro momento.
La cuestión es muy simple. Siempre se ha dicho que la mayor riqueza de Villena es el agua, así que no podemos permitir que nada ni nadie la estropee. Si esto se comprende, habrá que tomar todas las medidas necesarias para subsanar el estropicio y evitar que nunca jamás vuelva a suceder algo así. Y quien no lo comprenda, que haga las maletas y se vaya a su casa, porque estamos hablando de lo más importante, nuestra salud, y no vamos a permitir que se juegue con ella en aras de los intereses partidistas, económicos o políticos a los que lamentablemente nos tienen acostumbrados nuestros gobernantes.
