Cultura

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Resulta que ha sido Helena Ferrando la ganadora del Concurso Internacional de Fotografía Helie Memorial. Sí, ha sido la suya la seleccionada entre las setecientas obras llegadas desde catorce países. Y es la suya la primera que ha conseguido que el galardón se quede en Villena.
Un hecho anecdótico en realidad, como debe ser en cualquier concurso destinado a fomentar y defender una modalidad artística. Y este lo es, y así lo demuestran su capacidad de convocatoria y la solvencia de los nombres que suelen componer el jurado (grandes currículos con grandes miradas que no acudirían a “cualquier sitio”). Lo que hace deseable la participación en esta competición artística, y da valor tanto a quienes la organizan como a la ciudad que la convoca.
 
Así que podemos (debemos) permitirnos un poco de orgullo chauvinista, queridas personas. No por solo para celebrar el triunfo de la propuesta de Helena, sino también para dar valor a las altas posiciones alcanzadas durante los descartes del jurado por otros trabajos de procedencia villenera. Esto es importante, porque en un concurso usted no cuenta ni con su biografía ni con su procedencia; incluso diría que no cuenta usted sino esa parte de usted que ha producido su trabajo: su capacidad técnica, creativa, comunicativa, empática y estética; su convencimiento, su intrepidez, su humor; su yo, que selecciona, filtra y contamina hasta conseguir algo único.
 
En otro campo y a otra escala me di un paseo por los relatos ganadores del segundo Concurso de Relatos de San Valentín que organiza esta casa, EPdV. Por si las moscas alguien sutilmente me indicó que no dejara de leer el último de los publicados en la edición en papel. Y hasta allí llegué, consciente de las dificultades que presentaban la longitud y la temática. Y no puedo negar que me alegré de que un relato así estuviera entre los premiados (como ven no quiero entrar en materia ante todo porque no procede). El caso es que estas lecturas coincidieron casualmente en el tiempo con la breve toma de contacto que mantuve con un integrante del grupo de guionistas Underwater que viene desarrollando trabajos en torno a nuestro Espacio Joven. Ambos contactos me llevaron a recordar iniciativas vinculadas a la literatura como el fanzine Villenator, el suplemento Interiores, el Concurso de Narrativa, las revistas Viento Fresco o Rincones, la publicación El Barco Ebrio… (pido disculpas a las no citadas, pero no pretendía realizar aquí un listado¹).  Aunque si hay una de las que no he nombrado plenamente consciente de su ausencia ha sido de la Revista Villena, que presuntamente recoge anualmente ¿…? Y sobre la que ya escribí hasta dejar de escribir sobre ella.
 
Mis felicitaciones, en cualquier caso y a la hora de terminar, a Helena y a los ganadores y ganadoras del concurso de narrativa. Que todas las horas del día os sean propicias y que sigáis alimentando esa hoguera cuya luz nos abre paso en la grisácea materialidad cotidiana. Enhorabuena.
 
 
¹ Muchas de estas publicaciones locales pueden encontrarlas en el trabajo “Periodismo y sociedad. Villena 1881-1999”, de José Puche Acién, César López Hurtado y Mateo Marco Amorós.

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