Desde el acantilado

De talantes y talentos

El talante es una palabra que el presidente Rodríguez Zapatero puso de moda cuando accedió al gobierno. Como no podía ser menos, los que rigen el destino de este municipio se aprendieron enseguida el cuento y la cantinela y supongo que dentro de su partido la habrán aplicado. Sin embargo, con el resto de la ciudadanía creo que no han tenido la disposición ni la voluntad de hacerlo.
No debemos olvidar que a la palabrita en cuestión se le debería añadir siempre un calificativo, porque, si no, nos quedaríamos siempre con la intención, sin saber si realmente el talante es bueno o malo. En política, para llevar a cabo una acción con buen talante, es fundamental que se escuche, se dialogue y se dé participación a aquel o aquellos que vas a tener enfrente en determinados temas espinosos y que pueden levantar ampollas en la ciudadanía.

Las últimas acciones destacables de nuestros gobernantes municipales, y digo lo de destacables por la repercusión mediática que han tenido, no porque me parezcan acertadas, vienen relacionadas con el Pleno del pasado 28 de diciembre de 2006, del cual todavía siguen encendidos los rescoldos y veremos cuándo se consiguen apagar.

En el citado pleno municipal, dos fueron los puntos del día en los que los ánimos se caldearon más de la cuenta, el relacionado con el parking en la Avenida de la Constitución y el del trasvase. Del primero ya me ocupé la semana pasada, pero del segundo no les hice comentario alguno. No voy a analizar las intervenciones de los políticos a favor y en contra de la moción, ni la de Andrés Martínez, y ni siquiera la de Enrique Pastor (este creo que tampoco es político y no sé de dónde viene lo de llamarle Enric, porque en los Salesianos todos le llamábamos Enrique).

Sólo quiero referirme al resultado de la votación de la moción y al talento del tripartito, que seguramente se vio ofuscado por el ambiente tan calentito que se vivía en el Salón de Plenos. Celia Lledó, portavoz del PP, solicitó que se votasen por separado los puntos que recogía la moción y los tres puntos fueron desestimados por el tripartito gobernante. El segundo y el tercer punto de la moción era lógico que los votasen en contra, ya que se referían a instar al gobierno a ejecutar el trasvase Júcar-Vinalopó desde Cortes de Pallás y al hermanamiento con este municipio tal y como propuso la alcaldesa en su día. El primer punto de la moción tan sólo pretendía que se aprobase la defensa de un trasvase de aguas de calidad, aptas para el consumo humano y los usos agrícolas e industriales, pero esto tampoco fue aprobado.

Todo el pueblo de Villena, excepto algunos Verdes que están en contra de cualquier trasvase como en su día lo estuvo el hermano de Enrique Pastor, está a favor de que el trasvase se realice con aguas de calidad para aliviar la sobreexplotación de nuestros acuíferos. Votar a favor esta cuestión en una moción que propone el PP y que en otros puntos se refiere a Cortes de Pallás es como pedirle al olmo que de una puñetera vez dé peras. Gobernantes nuestros, que no se decía de donde tenía que venir el agua, que sólo se decía que fuera de calidad, no que se trajera desde el Júcar de arriba o del Júcar de abajo. A veces hay que quitarse las anteojeras para mirar también a los lados y no sólo hacia el frente. He aquí una de las demostraciones del peor talante aunado al ¿talento? de nuestros gobernantes.

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