De Tibios y Maricomplejines
Decía una encuesta la semana pasada, creo que encargada por El Mundo, que la mayoría de los simpatizantes y votantes del PP querían que este partido, a lo largo de la legislatura que estrenamos en breve, ejerza una oposición mucho más dura que la realizada en la pasada legislatura.
Me cuesta creer que la palabra sea dura, y de serlo, me cuesta creer que la mayoría de los simpatizantes y votantes del PP piensen así. Definitivamente, no lo creo. No lo creo porque estoy convencido de que los simpatizantes y votantes del PP, en su mayoría, son personas inteligentes y moderadas, seguras de que el país que desean es un país en el que se pueda vivir sin la permanente tensión y enfrentamiento entre pueblos hermanos. Pero esto no es algo exclusivo de los votantes y simpatizantes del PP, aunque sí es verdad que el PP, de girar su cabeza como lo ha hecho Rajoy tras las elecciones, hacia posiciones más centradas, tiene mucho, mucho que ganar. Me pregunto si a la inversa, quienes publican esas encuestas, quienes animan a una oposición dura, no tendrán mucho que perder, pues han hecho del discurso crispado su negocio mediático.
Y a unos, a los que llaman maricomplejines a los moderados y a los otros, que la misma cosa son, que hablan de separatismos y de planes secesionistas, los votantes, la inmensa mayoría de los votantes españoles, entre los que se encuentran todos los pueblos de España sin exclusión alguna, han puesto en su lugar a todos los anteriores. Empezando por Llamazares, Ibarretxe, Rovira y como consecuencia posterior a los Acebes y Zaplana, quemados por el fuego de los acontecimientos y con ellos, a sus defensores radiofónicos cuyos argumentos, si los tuvieron alguna vez, han ido perdiéndose en la afonía de la sinrazón, de la búsqueda de negocio basándose en la crispación, en la descalificación y en la desinformación, también en la mañana sin sol, teñida, día sí, día también, de un negro fúnebre, de desastre total.
Y es que España, los españoles, estamos hartos de radicales. Sean de derechas o de izquierdas, sean nacionales o nacionalistas. No queremos que nadie nos imponga su pensamiento, ni por la fuerza ni por el miedo. En la diversidad de ideas está la riqueza, en la tolerancia de quienes piensan distinto está la nobleza de nuestra democracia. Este ejercicio me permite, nos permite a todos compartir nuestro tiempo, nuestro muy valioso tiempo con personas de las más variadas ideologías políticas. Me gustaría poner como ejemplo a una persona con la que suelo compartir algunas horas en nuestro tiempo de ocio, sus ideas políticas, sus valoraciones de las cosas que suceden en Villena y en España suelen ser muy distintas de las mías, sin embargo, nos gusta juntarnos y charlar de ello, de todo lo que nos importa. Excepto de fútbol: mi amigo Pedro es culé y le gusta exhibir su llavero mientras juega al golf me pone malo.
Por su parte, la vida sigue, la primera polémica de la legislatura aparece de la mano, cómo no, de nuestro siempre recordado e incombustible Sr. Bono, esta vez atizando metafóricamente a los nacionalistas con la guía de teléfonos, genio y figura. Y en Villena, pues de nuevo EPdV acierta con una de sus primicias, y mira que me alegro, Villena parece que contará pronto con un centro comercial como tantas veces hemos reivindicado, consumista, sí, pero punto de referencia comercial para la comarca.
Concluyo con la que será mi firma semanal desde hoy hasta la Eurocopa en apoyo a ese que nunca hace nada: ¡Raúl, selección!