Derrochando y contaminando no hay futuro
Los Verdes: “Los resultados de la cumbre contra el cambio climático son decepcionantes, para nada están a la altura de los desafíos que tiene la humanidad”
Vistos desde Villena, donde alternamos la preocupación por la sequía con la de las lluvias torrenciales que han causado la muerte de 220 personas y la destrucción de todo un territorio (sin entrar aquí en otras valoraciones sobre la gestión de ese drama), los resultados de la cumbre contra el cambio climático, son decepcionantes, para nada están a la altura de los desafíos que tiene la humanidad.
Ha terminado la COP 29 en Bakú con más preocupación que expectativas, aunque se haya llegado a un acuerdo in extremis sobre financiación que permite superar el fracaso que se veía venir y suponer que podrá avanzarse en post de una respuesta global ante el cambio climático. Finalmente, los países empobrecidos dispondrán de 300.000 millones de euros anuales para hacer frente a las exigencias del cambio climático. Es ésta una cuantía insuficiente que destruye la solidaridad pactada en el Acuerdo de París.
Para la sociedad civil el acuerdo de financiación para mitigar y responder a la emergencia climática es solo humo que diluye la responsabilidad histórica del Norte global. Además, no colma las necesidades de los países más necesitados, lo que ya es triste, pero lo dramáticamente peligroso es comprobar que en cuanto a la reducción de emisiones todo queda paralizado, no hay mención al fin de los combustibles fósiles, aceptándose que el incremento de la temperatura en el planeta se mantenga.
Al parecer la presidencia de la COP por parte de Azerbayán será recordada como "una vergüenza global" al plegarse a los intereses de las compañías petroleras y de los países ricos, en vez de poner en el centro a las personas y territorios que ya están sufriendo de forma inaceptable las consecuencias del cambio climático como pedían las asociaciones ecologistas, reivindicación a la que la Asamblea Verde se suma.
Mirando cerca, como decíamos, esta cumbre se realiza inmersos en la mayor tragedia sufrida en nuestra región. La DANA del 29 de octubre debería ser una llamada de atención para reorientar las políticas públicas en defensa del medio ambiente, para tomar conciencia de la necesidad de mitigar las emisiones contaminantes, que provocando un aumento de la temperatura del planeta, y del Mediterráneo, ocasionan fenómenos extremos como el vivido cada vez con mayor frecuencia y mayor intensidad, con el drama humano y material que supone.
Ante ello en todos los ámbitos tendremos que ser mucho más exhaustivos en las políticas de reforestación, de reducción de emisiones y mitigación del cambio climático.