Viéndolas pasar

¿Despropósito?

Alucinaba esta mañana escuchando en la radio al ministro Moratinos calificando de “despropósito” lo que a todas luces es una masacre indiscriminada que se está produciendo en Gaza con más de 500 muertos a día de hoy, lunes 4 de enero, cuando escribo estas líneas.
Entiendo que la diplomacia ha de ser cuidadosa en los términos que emplea a la hora de calificar las acciones de los distintos gobiernos pero también considero que dicha terminología, como todo en esta vida, debe ser proporcional a la gravedad de los hechos que califica, y en este caso, lo que me parece un despropósito es calificar de esta forma el devastador ataque que están sufriendo las personas que viven en aquella ciudad Palestina.

Me parece mucho peor que toda la diplomacia internacional se esté mostrando inútil para frenar esos ataques y que entre tanta gente importante sean incapaces de encontrar una solución realista y segura al conflicto existente en aquella zona, que cada dos por tres nos sacude con dolorosas noticias, ya sea por atentados suicidas o por operaciones militares que, en ambos casos, lo único que traen consigo es dolor y odio.

A los diplomáticos, y especialmente a sus jefes, los ministros de Asuntos Exteriores de los distintos países, se les mantiene en esos puestos, precisamente, porque se supone que son expertos en resolver estas cuestiones. Si después de tantos años se han mostrado así de ineficaces, tal vez sería conveniente replantearse la utilidad de estos puestos o de estas personas.

Y con este inicio, la verdad es que se me han quitado las ganas de bromear con la columna de hoy, que siendo la primera del año, tenía intención de dar un toque de humor a la misma con el fin de comenzar este 2009 enfriando el ambiente político local, al menos, mi percepción sobre el mismo, porque, como los diplomáticos mencionados, me considero incapaz de influir sobre nuestro Equipo de Gobierno para conseguir evitar que sus discrepancias internas acaben por paralizarnos la ciudad.

La cuestión es que cuanto más lee uno en la prensa acerca del conflicto interno del PP trasladado a los órganos de gobierno municipales, menos impasible puede quedar. Al fin y al cabo, todo esto afecta institucionalmente a nuestro municipio, objetivo principal de trabajo que deberían tener nuestros políticos en todo momento.

En definitiva, que en la medida de lo posible, para este 2009 me propongo obviar los problemas internos de los gobernantes y, a dos años vista del final de la legislatura, seguir de cerca la ejecución de los proyectos comprometidos en las elecciones, aplaudiendo los éxitos y criticando los fracasos.

Por ahora, tenemos perdida la posibilidad de contar con aquel magnífico centro comercial del que se hacía gala al inicio de la legislatura y que dotaría a Villena de unos 2.500 empleos, pero esto lo damos por aceptado al no depender por completo ni de la institución local ni de la regional. Lo que debemos hacer ahora es no perder las otras opciones que sí dependen íntegramente del entendimiento de los gobiernos de Lledó y de Camps, tales como el Puerto Seco, que puede aliviar, y mucho, la dramática situación de paro que viven nuestros vecinos y nuestros jóvenes. Si es necesaria la mediación de los villeneros ante Camps para que mantenga sus promesas, seguro que nuestro Equipo de Gobierno puede contar con miles de ellos, empezando por un servidor, dispuestos a interponerse en la polémica y evitar que Villena, una vez más, quede relegada a ser la última… ciudad de la Comunitat Valenciana. Los villeneros y villeneras estamos hartos de que se nos trate de esa forma.

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