Abandonad toda esperanza

Efemérides

Abandonad toda esperanza, salmo 400º
A José Andrés Espelt, por su amistad y entusiasmo

Ando inmerso estos días en la lectura, valga la redundancia, de Una historia de la lectura, el fascinante ensayo que Alberto Manguel dedicó a toda la fenomenología de esa curiosa y antaño prestigiosa actividad a la que le pasa lo mismo que al lince ibérico o los políticos honrados: que está en peligro de extinción. En sus páginas, el autor plantea un recorrido histórico aunque no necesariamente cronológico por todo lo que rodea a los textos y sus lectores, desde los papiros hasta Internet pasando por la invención de la imprenta. La edición que manejo de esta obra, de lectura (insisto en la redundancia) absolutamente indispensable, es la del 2013, quince años después de su publicación original. Pero si vengo a hablarles de efemérides es porque un servidor utiliza tal motivo como excusa para priorizar una lectura por delante de otra; un motivo este que Manguel no contempla en su libro, o al menos no lo hace en las primeras 350 páginas que llevo leídas ya, y que les explicaré a continuación.

Todo esto viene al caso porque el pasado 5 de febrero se cumplía el centenario del nacimiento de William S. Burroughs, que vino al mundo tal día de 1914 y que ochenta y tres años después, y unos meses más tarde del fallecimiento de su amigo, colega y a decir de algunos amor platónico Allen Ginsberg, se despedía para siempre de la existencia terrenal. Esto me ha llevado a encarar un proyecto de lectura de algunos de sus libros, empezando por los dos primeros y más estrictamente autobiográficos. Para ello rescato de su debut literario, Yonqui, la edición hoy agotada de Júcar que pude comprar saldada en su día en la Semana Negra de Gijón, para acto seguido sumergirme en las páginas de un testimonio apenas disfrazado de ficción que con el paso del tiempo se convirtió en un clásico indiscutible de la literatura undeground y, en definitiva, de la contracultura. Cuando lo concluya le llegará el turno a Queer, recientemente reeditada con la nota aclaratoria de, miren ustedes por dónde, "Edición definitiva del 25.º aniversario". Un autor, en definitiva, que hay que leer y releer con o sin excusas de por medio.

También se cumplen años, concretamente treinta, de la muerte de Julio Cortázar en París el 12 de febrero de 1984. Volver a Cortázar, en mi caso, es algo que tiene poco de novedoso y para lo que no necesito excusa alguna. Así que en mis clases de la Universidad de Alicante, y como he hecho también con Burroughs (aunque en este caso para asombro de un alumnado estupefacto ante la desnudez temática y la experimentación formal del mentor de la generación beat), leemos cuentos como "Casa tomada" o fragmentos de ese libro inagotable que es Rayuela, y que aunque novela (o contranovela, según aclararía el propio Cortázar), puede degustarse a pequeños sorbos como un libro de poesías... del que en 2013 se cumplía también aniversario, el cincuenta; de ahí la versión conmemorativa que nos ofrecía Alfaguara, la editorial que cuenta con los derechos de publicación de la obra de este eterno cronopio.

Podría seguir hablándoles de otras muchas efemérides, pero una en concreto me lo impide: escribo estas líneas el jueves 13 por la tarde, y acabo de enterarme de que en poco más de una hora, en la sede universitaria Ciudad de Alicante, Ricardo Matas Pita dará una conferencia sobre los vínculos que unieron a los cineastas Luis Buñuel y John Huston con México, dentro del ciclo de actos que conmemoran los treinta años del fallecimiento del director aragonés. En realidad tal efeméride tuvo lugar el año pasado, pero las jornadas se celebren en este, y es que como saben las cosas de palacio van despacio, y las de la Diputación Provincial de Alicante a veces también. Y como no pienso perderme la conferencia -Ricardo Matas, además de ser uno de los organizadores del evento, es un experto en cine al que siempre vale la pena escuchar-, les dejo con una reflexión: esta que están leyendo ahora mismo es mi columna número 400 para El Periódico de Villena. Habrá que celebrar tal efeméride de alguna manera, ¿no les parece?

Una historia de la lectura, Queer y Rayuela están editados por Alianza, Anagrama y Alfaguara respectivamente; el ciclo "Luis Buñuel. 30 años después" se celebra en Alicante de enero a abril de 2014.

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