El Ayuntamiento plantea proteger como BIC el tramo de muralla hallado en el casco histórico
Técnicos municipales y de la Conselleria abordan las medidas de protección de la infraestructura de protección de la ciudad vieja de Villena
El alcalde de Villena, Fulgencio Cerdán, y la edil de Cultura, María Server, han anunciado su interés de catalogar como Bien de Interés Cultural (BIC) el tramo de muralla hallado en el Casco Histórico durante las obras de reurbanización del barrio.
La delegación municipal, acompañada por la responsable del Servicio Municipal de Arqueología y Patrimonio (SEMAP), Luz Pérez, y los técnicos de Patrimonio Arqueológico de la Conselleria de Cultura, han realizado una visita a la calle José Zapater, donde se encuentra este tramo de muralla y donde se están realizando las tareas necesarias para su preservación.
Los técnicos de la Conselleria y el equipo municipal han explicado al alcalde y a la edil que la singularidad de esta obra monumental, vinculada a la historia y la identidad de la ciudad de Villena, tiene suficiente valor e importancia para hacerla merecedora de su catalogación como Bien de Interés Cultural (BIC).
El objetivo del equipo de gobierno y de los técnicos es proceder a su conservación tras la excavación, tomando las medidas oportunas de protección previas a la pavimentación de la calle.
Además, está prevista la señalización del recinto amurallado sobre el nuevo pavimento. La concejal de Cultura considera que de este modo se logra su preservación, además de “enriquecer los recursos turísticos del núcleo medieval, a la vez que se protege la muralla frente a nuevos proyectos de obras”.
Server ha avanzado que se pretende programar unas jornadas para divulgar los resultados de los trabajos, dar a conocer el valor cultural del recinto fortificado y la relevancia de su promotor, el Príncipe Don Juan Manuel.
Muralla histórica
La muralla de la villa fue construida en el siglo XIV, por mandato del noble Don Juan Manuel, a instancias del rey Jaime II. Villena en aquel momento pertenecía al Reino de Valencia y se erigía en una de las principales villas de la frontera meridional. La documentación constata que en 1308, Don Juan Manuel solicitó al monarca, que era su suegro, un maestro de obras que dirigiese los trabajos.
Aunque ya se había testimoniado de forma puntual su presencia en anteriores trabajos, en esta ocasión la muralla se ha dejado ver en toda su magnitud, ya que se han localizado restos murarios por todo el vial, desde la actual calle Maestro Moltó -antigua calle del Castillo- hasta el inmueble n.º 20 de la Calle Juan Chaumel. A partir de aquí, continua por debajo de las viviendas pares de dicho vial, hasta encontrarse con el tramo de muralla localizado en 2010 en la Puerta de Almansa.
En definitiva, se trata de una obra de excepcional envergadura y singularidad que pone de manifiesto la importancia del urbanismo defensivo medieval que adquirió Villena a partir del siglo XIV. Resulta también de gran interés arqueológico el descubrimiento de un muro de una vivienda musulmana, junto a un nivel de relleno con materiales cerámicos, por debajo del nivel de cimentación de la muralla cristiana.
Esto corrobora varias hipótesis, una de ellas es la existencia de poblamiento islámico previo a la conquista cristiana; la segunda es que, tras el sometimiento y posible expulsión de la población musulmana, se produce una reestructuración urbanística que romperá con el pasado islámico, configurando la villa en gran medida a semejanza de las fortificaciones urbanas europeas.
En cuanto a las características constructivas, la muralla se construye sobre un zócalo de mampostería de cal, o, en algunos puntos, sobre la costra caliza del terreno, mediante encofrado de tapial con tongadas alternativas de arena y cal, con un acabado exterior de mortero de cal. Como ya observó en su día José María Soler, en la subida de Santa Bárbara y la Plaza de Santa María, el trazado es zigzagueante en varios puntos de la calle José Zapater, con el objetivo de ampliar el ángulo de visión de la cerca.
Finalmente, también se han localizado restos arquitectónicos –muros, pavimentos, enlosado de hogar, etc.– de época contemporánea, paralelos a las fachadas actuales de números pares, que corroboran la antigua alineación de las viviendas documentada en planos del Archivo Municipal datados a finales del siglo XIX.