El Canon Preventivo
Es alucinante. No sé si están Uds. al corriente de lo que se está cociendo en cuanto al pago de cánones en la compra de determinados equipos electrónicos, como desde ya hace mucho tiempo se están pagando en los CDs y DVDs vírgenes. Dicen que es de forma preventiva ante la posibilidad de que el usuario copie canciones o software de forma ilegal.
Yo hago otra lectura, en el país de la gran Democracia, donde la frase Estado de Derecho llena bocas de unos y otros, donde se supone que la Justicia impera con la premisa de la presunción de inocencia
a la que hay cuartos de por medio, la cosa cambia y todo el mundo hace oídos sordos a un insulto preventivo que nos hacen al considerarnos culpables aunque demuestres lo contrario.
Los CDs y los DVDs llevan un recargo especial que supera con mucho el precio del propio producto, es decir, pagamos más por presuntos piratas que por el soporte informático real. También sucede con las fotocopias, vayan Uds. a creer.
Esto presenta numerosas paradojas, por ejemplo, que si un hijo nuestro se pasa una semana enfermo y no puede ir al colegio y decide fotocopiarse los apuntes escritos de puño y letra de un compañero, esas fotocopias tendrán un recargo porque podría estar fotocopiando, por ejemplo, El Quijote, o el libro 11 Minutos de Paulo Coelho o cualquier otro. No está mal, ¿verdad? Claro que las cosas empiezan a teñirse de otro color si lo que está haciendo, por ejemplo, es papiroflexia con los folios en blanco, porque estará pagando un canon por si acaso piratea una pajarita, un barco o, quien sabe, si el nuevo Airbus. ¿De chiste? Pues ríase, ríase.
Porque exactamente igual sucede con los CDs y los DVDs, como presuntos piratas que somos. Si un arquitecto, por ejemplo, decide grabar sus planos en un DVD, pagará un canon por cada DVD porque, preventivamente, podría estar copiando lo último de Bisbal. Lo mismo para un abogado que incluye sus documentos en uno de estos soportes se le cobra el canon porque podría haber copiado, qué se yo, la colección completa de boleros de la Pantoja. No hablemos ya de los informáticos. Pongamos por caso un desarrollador de software, antes llamado programador y cosas peores, de su trabajo, de su capacidad de invención sobre una pantalla en blanco con un puñado de palabrejas en inglés llenando la mencionada pantalla de textos aparentemente ilegibles, llenos de signos extraños, nace un programa de gestión. Resulta que tendrá que pagar ese canon que, me pregunto, no sé si irá a parar a los bolsillos de los bisbales precocinados en las OTs de moda. Injusto, ¿verdad?
Tener que pagar a terceros por un trabajo intelectual propio parece del todo inadecuado, mal pensado, mal diseñado casi tanto como pagar una fuerte suma de dinero por celebrar las fiestas patronales y que una banda de música, por ejemplo, interprete Paquito el Chocolatero por las calles.
Ahora se va a gravar la compra de equipamiento electrónico que permite reproducir / grabar (qué riqueza la de este lenguaje, cambiando una V por una B, menuda diferencia de vocablo) esos CDs y esos DVDs, con lo que se va a dar una situación que multiplica la injusticia hasta aquí expuesta: Ud. pagará por ser presunto pirata al adquirir su aparato electrónico y volverá a pagar cada vez que compre un CD o un DVD o un folio en blanco.
Y así, viendo que el sablazo nos lo dan por todas partes, no es de extrañar que muchos empecemos a preguntar: ¿Dónde está el Top-Manta más cercano?.