El cronista de la venganza
Abandonad toda esperanza, salmo 67º
Supongo que recordarán aquella estupenda película, Camino a la perdición, donde Tom Hanks interpretaba a un gángster obligado a huir de sus compañeros acompañado de su hijo pequeño. Dirigida por Sam Mendes, el film adaptaba una novela gráfica cuyo guionista, Max Allan Collins, se había inspirado, para que vean ustedes, en un seinen (o manga para adultos) por aquel entonces inédito en España; pero ya hace meses que contamos con la edición en castellano de la serie que convirtió a sus autores, sobre todo al guionista Kazuo Koike, en un autor emblemático del medio.
Los veinte tomos de los que se compone El lobo solitario y su cachorro, dibujados por Goseki Kojima, cuentan la historia de Itto Ogami, un samurai que ve cómo su esposa es asesinada y él es acusado de traición. Convertido en un ronin, un samurai sin señor al que servir, Ogami se convierte en un asesino a sueldo que viaja acompañado por su retoño Daigoro; de ahí el sobrenombre con el que se les conoce y que da título a la obra.
El lobo solitario (que cuenta con una precuela, Asa, el ejecutor, de los mismos autores) le dio a Koike un gran prestigio en occidente: entre los seguidores de esta monumental historia, de casi nueve mil páginas, se cuentan Frank Miller, el autor de Sin City, que se encargó de las portadas de la edición norteamericana, así como el cineasta Darren Aronofsky, que lleva años empeñado en llevar a la gran pantalla la obra de Koike y Kojima... Una obra que no es la única memorable de Koike: tampoco le faltan seguidores a Crying Freeman, otra de sus creaciones que se ha visto adaptada al cine, y que cuenta otra historia de honor y venganza.
Hablando de venganza: hace poco se ha publicado una entrega más de la particular obra completa sobre el tema concebida por Koike: Lady Snowblood. Ilustrada en esta ocasión por Kazuo Kamimura, este manga de dos volúmenes cuenta con el atractivo añadido de ser una de las muchas inspiraciones de Quentin Tarantino a la hora de escribir Kill Bill.
Más allá de esta episódica anécdota, Lady Snowblood es una contundente obra épica de más de mil páginas, donde una mujer secuestrada, violada y encarcelada de por vida alumbra a una hija que se convierte en futura encargada de consumar su venganza. Esta obra, que cuenta con una reconstrucción histórica al más puro estilo de Osamu Tezuka, el padre del manga, y de otras historias de Koike, debería demostrar una vez más que algunos cómics están destinados a un público exclusivamente adulto: sus dosis de violencia y sexo explícitos, que incluye prostitución, travestismo, violaciones y relaciones lésbicas, así lo recomiendan. Si a esto unen la habilidad genuinamente nipona para aunar en una misma página la violencia más extrema con el lirismo más exacerbado, el resultado es como para perdérselo.
El lobo solitario y su cachorro, Crying Freeman y Lady Snowblood están editados por Planeta de Agostini Comics.