Música

El festival Aúpa Lumbreiras cierra a lo grande la mejor edición de su historia

Definitivamente, el cambio de ubicación y su traslado al polideportivo de Villena les ha sentado bien a los festivales Leyendas del Rock y Aúpa Lumbreiras, pues ambos han batido su récord de asistencia y han firmado respectivamente la mejor edición de su historia.
A falta de los comunicados oficiales de la empresa organizadora, Sufriendo & Gozando, y el ayuntamiento de Villena, se estima que cada día han pasado por el recinto del Aúpa Lumbreiras unas 12.000 personas, lo que cifra en 36.000 los asistentes totales a las tres jornadas, durante las que han actuado 78 grupos de manera ininterrumpida entre las 4 de la tarde y las cinco de la madrugada.

La zona de acampada, de 60.000 metros cuadrados, ha albergado aproximadamente 5.000 tiendas y caravanas y se ha visto desbordada por algunas zonas, al igual que el aparcamiento, que tenía una capacidad aproximada de 3.000 vehículos. De igual modo, los 625 abonos disponibles para poder utilizar la piscina del polideportivo municipal se agotaron antes de comenzar el festival, al igual que durante el festival Leyendas del Rock. Con la venta de estos abonos el ayuntamiento ha obtenido 18.750 euros, que multiplicado por los tres años que el polideportivo acogerá en principio estos eventos suman los 55.000 euros invertidos por Villena en el acondicionamiento de los terrenos de acampada.

Según datos oficiales de Cruz Roja Villena, reforzada por las asambleas de Ibi y Sax, durante el Aúpa Lumbreiras fueron atendidas 308 personas. Esguinces, torceduras, mareos y bajadas de tensión, además de algún caso de intoxicación etílica, fueron los incidentes más comunes. La seguridad en el interior del recinto contó con 180 efectivos a cargo de la promotora y el ayuntamiento, mientras que en el exterior la Policía Local se hizo cargo del tráfico y la Guardia Civil procedió a realizar cacheos selectivos, de los cuales se derivó alguna detención. Especialmente durante el Leyendas del Rock se produjeron varios robos en la zona de acampada, aunque solo hay constancia de 3 denuncias oficiales ante las autoridades.

Más visitantes en Villena
El cambio de emplazamiento del festival –el año pasado se celebró junto al polígono Bulilla, a varios kilómetros del casco urbano– ha facilitado la afluencia de visitantes a la ciudad, como se ha podido ver durante los dos últimos fines de semana. De igual modo, el retraso en la hora de comienzo de los conciertos también ha dado a los visitantes más tiempo para poder acercarse al casco urbano de Villena a conocerlo, hacer compras, desayunar, comer o tomar algún refrigerio. A falta de conocer los resultados del estudio de impacto económico encargado a la Universidad de Alicante, es evidente que tanta afluencia de visitantes se ha dejado notar en la economía local y comarcal, habiéndose alcanzado una ocupación hotelera del 95% en 35 kilómetros a la redonda de Villena, según datos aportados por el edil de Juventud, Pablo Juan Martínez. Del mismo modo, el mercado inmobiliario ha vivido dos semanas frenéticas, pues han sido muchísimos los asistentes que buscaban alquilar pisos o habitaciones para su estancia en Villena.

Un alud de música
En lo musical, hemos podido asistir a un auténtico alud de conciertos que han satisfecho las expectativas de todos los asistentes, que han podido disfrutar de sus bandas favoritas y también han tenido tiempo de descansar o seguir su fiesta en la zona de acampada cuando actuaban otras que no lo eran tanto. El momento de mayor afluencia, seguramente, se dio durante la noche del sábado, en plena actuación de Soziedad Alkohólika, cuando el campo de fútbol del polideportivo se encontraba absolutamente lleno. Un día antes, el viernes, vivimos una auténtica fiesta del rock villenero, con las actuaciones consecutivas de Fuckop Family, Banda Jachís y Alademoska, que además de a todos los seguidores locales congregaron a miles de asistentes para disfrutar el buen rock hecho por nuestros paisanos.

A reventar durante el concierto de S.A.

Las bandas internacionales, Hatebreed, Marky Ramone y Misfits, dieron mayor empaque a un evento que contó con lo más granado del punk-rock nacional, desde “leyendas” como Barricada, Reincidentes o El Drogas a las formaciones más combativas del panorama actual, como Non Servium o Riot Propaganda, que ofrecieron dos conciertos soberbios. En definitiva, una auténtica gozada para los amantes de este tipo de música, que pudieron disfrutar de sus grupos favoritos o descubrir jóvenes promesas en el escenario Maneras de Vivir, un auténtico trampolín para las bandas emergentes y otro punto más a favor de la organización, que no solo mima a sus asistentes, sino que también cuida, y mucho, a la cantera del rock nacional.

Por muchos años… ¡Aúpa Lumbreiras!

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