Cultura

El mapa cultural (I)

La cultura es esa gran desconocida. Y en parte, gran parte, la culpa de que eso ocurra es nuestra. Porque hemos dejado que ese término, Cultura, englobe un gran número de acciones humanas, mayoritariamente creativas, artísticas si quieren, pero sobre todo comunes, habituales. De modo que cultura es aquello que hace el gremio de artistas (y me refiero a pintura, escultura, teatro, música, etc.), pero también lo es nuestra gastronomía, nuestros horarios, nuestro modo de emplear el tiempo libre, nuestra forma de vestir, nuestro modo de sacar la basura, nuestras tradiciones y creencias, o nuestro modo de hablar. Si vemos a una persona con un turbante diremos que es árabe, si la vemos comer con palillos diremos que es oriental, si sube mucho el volumen cuando habla: mediterránea…
De modo que por geografía e historia a cada territorio le pertenecen ciertas cualidades culturales que mantener, modificar o eliminar. Por otro lado, si pretendiéramos reducir el término Cultura sin duda limitaríamos el concepto a lo puramente artístico, aquello de lo que aparentemente se ocupan nuestros ministerios, consellerías y concejalías de Cultura. Entidades creadas para salvaguardar el pasado, crear espacios donde se desarrolle el presente y dar opción a que surja el futuro. Una labor encomiable que desgraciadamente en nuestro país hemos diversificado hasta llegar a límites inoperantes –como en el resto de nuestra organización administrativa–. De modo que solamente en Villena, sin una coordinación real, ni siquiera un consenso, podemos encontrarnos con las concejalías de Patrimonio, Cultura, Juventud, Fiestas…, que cuentan con las Bibliotecas y Archivos, el Museo, la Casa de Cultura, el Conservatorio de música y el de danza, el Espacio Joven, el Teatro Chapí, la oficina de Dinamización del Casco Histórico, la Sede Universitaria…, además del Cineclub, la Junta Central de Fiestas, las Asociaciones de Vecinos y Vecinas, etc. Esto sin contar con las asociaciones con un carácter quizás y en apariencia más privado (porque toda asociación legalmente conformada pertenece al ámbito comunitario) como la asociación fotográfica, las asociaciones teatrales, las musicales, las juveniles...

En tal aspecto es indudable que en Villena se desarrolla un importante tejido asociativo que se suma al trabajo institucional. Y es en este punto donde uno comienza a sentir una fatiga respecto a la macedonia de propuestas y actividades de las que disfruta nuestra ciudad. Lo es respecto a la imagen caótica que presenta el conjunto de actividades y propuestas que se desarrollan a lo largo del año. Y obviamente no es una apreciación que emplace a una organización dictatorial como presuntamente plantea por ejemplo la Ordenanza de Locales ¿…? Sino a otra cosa, a un funcionamiento donde se respire si no mayor organización o coordinación, más diálogo, más escucha, más comunicación. Una labor donde nuestro personal técnico comienza a desarrollarse como eje, como catalizador y herramienta, en lugar de ejercer únicamente como programador y ejecutor.

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