Abandonad toda esperanza

El mejor cine del 2016 tiene nombre propio

Abandonad toda esperanza, salmo 545º
Suelo dedicar la última columna de cada año a repasar, de entre aquellas películas de las que ya les hablé en su momento, cuáles me parecen las mejores de la cosecha anual. Pero esta vez tengo que ceder buena parte del espacio disponible a dos estrenos de las últimas semanas porque se me antojan las mejores cintas del 2016... y curiosamente ambas tienen en común, además de alguna idea que pronto expondré, a Amy Adams como protagonista. A esta pelirroja estadounidense nacida en Italia muchos la descubrimos en La duda, donde daba el tipo frente a dos monstruos como Meryl Streep y Philip Seymour Hoffman, en una hazaña que le valió ser candidata al Oscar. Hoy, a sus 42 años, lleva ya cinco nominaciones y ha trabajado con Steven Spielberg, Walter Salles, P. T. Anderson, David O. Russell, Tim Burton, Spike Jonze y, ahora, Denis Villeneuve. Casi nada, oigan.

Mientras ultima sus próximos trabajos (será de nuevo la novia de Superman en el cine y la protagonista de la novela Heridas abiertas de Gillian Flynn, la autora de Perdida, en una serie de televisión), la actriz disfruta de uno de los mejores momentos de su carrera: una nueva nominación al Oscar parece asegurada gracias a su labor en Animales nocturnos y La llegada, y esta última ya la ha convertido en aspirante a llevarse un Globo de Oro. Estamos ante un film dirigido por el citado Denis Villeneuve, responsable de una de las filmografías más solventes de los últimos años y realizador todoterreno que se mueve con igual soltura en el cine de género y el de autor, con presupuestos holgados o irrisorios: filmes como Incendies, Prisioneros, Enemy o Sicario así lo corroboran. A priori, muchos sospechaban que La llegada sería solo un calentamiento de cara a su segunda incursión en la ciencia ficción con la esperada secuela de Blade Runner, pero nada más lejos de la realidad: a partir de un cuento de Ted Chiang, Villeneuve y Adams -pues ella lleva aquí buena parte de la responsabilidad sobre sus hombros- nos ofrecen la historia de una invasión extraterrestre de corte intimista (la llegada del título solo nos preocupa en la medida en que afecta a su protagonista), que les sirve para tratar grandes temas (principalmente el lenguaje y el tiempo, pero hay más) a la vez que pone en entredicho algunas ideas preconcebidas respecto de la gramática cinematográfica y, por extensión, de la práctica del relato. Soberbia de principio a fin.

Y cuando muchos pensábamos que a última hora habíamos descubierto la película del año, llega un diletante como el diseñador de moda Tom Ford y nos ofrece con su segunda película (la primera fue Un hombre soltero) el mejor film del 2016. Animales nocturnos está basada en la novela Tres noches de Austin Wright, y con ella Ford también dinamita las convenciones del relato lineal a partir de la historia de una galerista casada y desdichada y la narración de una novela escrita por su ex marido. Cine de autor y literatura de género se fusionan en un todo que, además, nos ofrece una de las elipsis más arriesgadas de los últimos años (es justo reconocer el trabajo de Jake Gyllenhaal, aquí a la altura de Adams) y uno de los finales más redondos y desgarradores de la historia del cine.

En ambos filmes hay mucho más donde escarbar, pero lo dejo aquí para poder contarles cuáles me parecen las otras grandes películas del año, muchas de protagonismo coral y de las que varias suponen una revisión de algunos grandes géneros del Hollywood clásico: es el caso de la oscarizada Spotlight, puesta al día del cine de denuncia periodística a la manera de Lumet, Pollack o Pakula en los setenta; Carol, un gran melodrama firmado por Todd Haynes; y dos westerns protagonizados por Kurt Russell en los que este género que se resiste a morir se fusiona con la intriga (Los odiosos ocho de Quentin Tarantino) y el terror (Bone Tomahawk, posiblemente la sorpresa más agradable -y desagradable- del año). Precisamente otros dos filmes de terror tan redondos como La invitación y La bruja completan lo mejor de la cosecha estadounidense; mientras que un par de cintas europeas, la francoturca Mustang y la española Tarde para la ira, completan mi Top 10 anual.

Les deseo a todos una Feliz Navidad y un magnífico 2017, seguro que cargado de buen cine.

La llegada y Animales nocturnos se proyectan en cines de toda España.

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