El milagro de Alcaraz resulta insuficiente contra Zverev

Cuando en unos cuartos de final de Grand Slam entre dos jugadores de la clase alta del circuito uno se siente extrañamente mal y el otro toca la pelota como los ángeles, la balanza se desequilibra descaradamente.

Siempre hay la opción de que uno reaccione desde atrás, que se suelte una vez se vea perdido, y al que había dominado con tranquilidad le entren las dudas. Forma parte del guion de este tipo de encuentros. Hubo algo de ello, 'in extremis', pero acabó sirviendo únicamente para retrasar el desenlace.

Carlos Alcaraz, 20 años y nº 2 mundial, evitó el descalabro, amagó con el milagro desde un 1-6, 3-6, 2-5, pero se quedó corto. Lo intentó. No fue una cuestión de lucha, de resignación, como demostró poniéndose en posición de afrontar una remontada heroica.

Pero si antes se aturulló por la impotencia de no ver solución y comprobar continuamente el daño que hacía un soberano Alexander Zverev, 26 años y nº 6, luego fue sometido por un oponente iluminado.

El alemán realizó una actuación magistral. Sólo rozando la perfección puede uno deshacerse con tanta autoridad de un Alcaraz campeón de dos Grand Slams, que había llegado a las semifinales de sus cuatro 'grandes' anteriores.

Ganó Sascha Zverev por 6-1, 6-3, 6-7 (2) y 6-4 en 3h.05'. Con la excelencia rompió uno de sus muros históricos: fue su primer triunfo sobre un rival top-5 en Grand Slam después de diez derrotas. Tendrá a otro delante en las semifinales del viernes, al nº 3, el ruso Daniil Medvedev, verdugo del polaco Hubert Hurkacz en cinco mangas (7-6, 2-6, 6-3, 5-7, 6-4).

Y si quiere alcanzar su segunda final de Grand Slam, tras la que perdió en el US Open de 2020 ante el austríaco Dominic Thiem, deberá lidiar con el nº 1 (Novak Djokovic) o el nº 4 (Jannik Sinner).

Un cuarteto superviviente de lujo, con la ausencia notable de Alcaraz, que también se despidió del número uno mundial del ranking, que mantendrá después del evento Djokovic.

Un Zverev intratable

Alcaraz había hecho bien su trabajo en las rondas previas. Había exhibido toque y confianza, listo para aspirar al bote grande. Los nervios del principio no ayudaron, y esa tensión incrementó exponencialmente porque chocó con un Zverev por encima de lo que cabría en el pronóstico. Tiene hechuras de crack, sí, pero no resulta sencillo sacar matrícula de honor a estas alturas.

Lo imposible sucedió. No que perdiera Alcaraz, que ya lo ha hecho en cinco de sus ocho encuentros con Zverev, sino la contundencia del teutón, también cuando se le echó encima el mejor Alcaraz, que salvó el KO con un 'break' con 5-3 y saque del teutón para partido. Aliviado, el español completó un 'tiebreak' sensacional. Una obra maestra.

Suficiente para menoscabar la moral del adversario, pero el teutón aguantó. Llegó cojeando al vestuario, reventado físicamente y con ampollas en los pies. Fue más meritorio cómo resolvió que cuando arrolló con todo a favor. Magnífico Zverev, se quedó corto Alcaraz en sus primeros cuartos en Melbourne.

Alcaraz no ha levantado ninguno de los siete partidos en los que ha empezado perdiendo por dos sets, mientras que Zverev ha ganado 56 de 57 encuentros dominados dos sets arriba, sólo falló en la final del US Open 2020. La estadística se cumplió esta vez.