Fiestas

El Presidente de la Diputación repasó la historia de Villena en el pregón anunciador de las Fiestas 2007

José Joaquín Ripoll, presidente de la Diputación Provincial de Alicante, actuó el pasado 5 de septiembre como pregonero oficial de las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena. Desde el balcón de la Alcaldía del Ayuntamiento, Ripoll pronunció un pregón repleto de referencias a la historia de nuestra ciudad, así como a diversos villeneros ilustres, en el que dio cuenta de su admiración a las costumbres y cultura villenera.
Villeneros y amigos que nos acompañáis en esta emblemática mañana del día cinco de septiembre.

He recibido de Celia, vuestra alcaldesa, el honor y la comprometida tarea de pregonar vuestras Fiestas. Con toda la ilusión del mundo me puse manos a la obra a sabiendas que el compromiso representaba una gran responsabilidad, pero como bien podéis suponer no podía negarme a la petición de una villenera, damasquina de la Comparsa de Moros Realistas que ha sabido conseguir el apoyo y la confianza de la mayoría de los villeneros.

Pues bien, aquí estoy y os digo, que siendo las fiestas de Moros y Cristianos algo muy importante para vuestra ciudad, Villena es mucho más y me vais a permitir que como Presidente de la Diputación de Alicante, aproveche la ocasión de proclamar –desde este balcón, frente al testigo mudo del inmenso monumento arquitectónico de la iglesia de Santiago- mi reconocimiento por vuestros antepasados históricos y por vuestro presente más cercano.

Así pues, proclamo públicamente mi reconocimiento hacia Villena, la noble ciudad.

Pregono el linaje de vuestro pueblo que un día pudo haber sido, en palabras del insigne José María Soler, el primer Principado de España, por el legado que recibió, el infante Juan Manuel, príncipe, señor y duque de Villena.

Pregono la firmeza de un pueblo que se levantó contra el Señor del Castillo, el marqués Pacheco, en lealtad a su reina Isabel Iª de Castilla.

Proclamo mi admiración ante el juramento que los Reyes Católicos prestaron en la Puerta de Almansa, ahí al lado, ante los regidores y vecinos de la villa, de que nunca jamás, Villena sería separada de la corona real.

Pregono la concesión del título de ciudad por el emperador Carlos I, ante el comportamiento de lealtad que los ciudadanos de Villena tuvieron con sus abuelos Isabel y Fernando.

Proclamo que Villena fue una de las primeras ciudades que alzó el grito de la libertad contribuyendo a la derrota de los franceses en la batalla de Castalla, durante la guerra de la Independencia.

Causa verdadera emoción el comprobar que esta ciudad, vuestro pueblo, ocupa un lugar tan preeminente en nuestra historia de España.

Manifiesto mi veneración por los hijos que ha dado esta tierra, por el polifonista Ambrosio Cotes, por el compositor Ruperto Chapí, por el tribuno y estadista Joaquín María López, por el canónigo historiador y poeta, Gaspar Archent, por el genial escultor Navarro Santafé, por el investigador y arqueólogo José María Soler, por el vibrante maestro Carrascosa y por el ensayista Alfredo Rojas.

Proclamo mi admiración por vuestras costumbres, hábitos y lengua; por vuestras singulares palabras, por vuestras “villenerías” y “charraícas” y por decir “gobanilla” o “abonico”. Proclamo mi deleite por vuestros gazpachos, por vuestras pelotas de relleno, por vuestras toñas y por vuestro “Kataqui”. Proclamo mi entusiasmo por vuestra música, por la jota villenera, por “mi madre ha hecho triguico”, por la “Revoltosa”, por la “Noble Villena” y por “La Morenica”.

Proclamo mi reconocimiento para esta solidaria ciudad que durante años y años ha estado contribuyendo al fortalecimiento económico del resto de la provincia, aportando su riqueza más apreciada, el agua. Mi reconocimiento para vuestros agricultores que han visto con impotencia, cómo sus manantiales se secaban, cómo el nivel del agua de sus pozos descendía y cómo sus campos se transformaban de vergeles en yermos.

Pregono mi admiración por la maravilla de vuestro calzado. Los zapatos de niño de Villena, que son el asombro en el mundo entero. Mi reconocimiento, por lo tanto, ante la creatividad de vuestros diseñadores, de vuestros patronistas, cortadores, de vuestras aparadoras y montadores, que han sabido aunar en un mismo zapato, el diseño, la belleza y un perfecto acabado.

A este pueblo, es al que he venido hoy, con la máxima veneración por un pasado repleto de acontecimientos históricos, uno de los cuales fundamenta nuestra presencia en esta Plaza de Santiago, hoy cinco de septiembre, a las 12 del mediodía.

Los estragos que ocasionaba la epidemia de la peste, obligó a vuestros antepasados a refugiarse en un paraje próximo, con abundante agua y alejado de la pandemia, la Fuente del Chopo, e invocar la protección del cielo que se manifestó a través de una pequeñita imagen que insistentemente quiso llamarse “De las Virtudes”.

Este es el hecho fundamental, que da origen a la construcción de uno de los santuarios de mayor devoción Mariana del siglo XV, cuya fama traspasa los límites naturales de una comarca y que obliga al propio emperador Carlos a interceder por él ante su santidad el Papa Alejandro VI para restituir su patrimonio a la ciudad de Villena.

El fervor de los de Villena por su Virgen fue incrementando de tal forma, que no contentos con ir a visitarla, desearon traerla a la ciudad para festejar su día, el ocho de septiembre, con el mayor esplendor posible.

Este ha sido el origen de vuestras Fiestas, de las fiestas de la Virgen, de vuestras fiestas de Moros y Cristianos. El origen de una de las Fiestas de Moros y Cristianos más singulares, más participativas y más bellas de cuantas se celebran en nuestras tierras.

Yo sé que durante el mes de agosto, Villena, vuestro pueblo, bulle por los cuatro costados, desde el barrio de San Francisco, a la Morenica; desde las Cruces al Paseo. Villena se prepara para recibir a su Patrona. Hace una semana que la tenéis ahí al lado, y que con todo el fervor que sois capaces de manifestar, la entronizasteis en la iglesia de Santiago para presidir todas las fiestas que dentro de unos instantes van a comenzar y a celebrarse en su honor.

Durante un mes, Villena se transforma. En el ambiente se huele a Moros y Cristianos. El atardecer de Villena en agosto es una continua música que revela los ensayos que los peques realizan para que sus desfiles del día seis, resulten los más bonitos.

Conozco vuestras noches de agosto, trabajando afanosamente por conseguir la mejor ofrenda, la más espectacular, la más lucida. Todo es poco para ofrendar el día 7 a la Morenica.

Sé de la ilusión desplegada por las Escuadras Especiales que esta tarde se conocerán por primera vez para asombro y deleite de todos los espectadores, y del espectáculo presentado por los Almorávides para celebrar su veinticinco aniversario, así como la escuadra de Templarios que celebran sus bodas de plata y a los Tuaregs por sus cuarenta años. ¡Enhorabuena!.

Y me consta la emoción contenida que en estos momentos lleváis dentro del corazón, esperando que el reloj marque las cuatro de la tarde y que la Banda Municipal de Música, vuestra laureada Banda, inicie el desfile con los compases de “La Entrada” y de este modo podáis dar rienda suelta a tanta ilusión almacenada desde el día 10 de septiembre del año pasado.

De la Losilla al Portón desfilarán las 14 comparsas. Y aparecerá una gumía brillante señalando el cielo junto a una pluma negra enhiesta que les dirá a los Moros Viejos ¡adelante!, y les seguirán un mar amarillo de Moros Nuevos, y a éstos la marcialidad inconfundible de los “Arrastraos” y luego llegarán, ondulantes, los Moros Realistas; la alegría de los Nazaríes; la marcha mora de los Bereberes y el bullicio contagioso de los Piratas.

Tras ellos entrará el ejército Cristiano, con los simpáticos Estudiantes al frente, los elegantes Marinos Corsarios, las gentes de nuestros campos, los Labradores o Maseros. Les seguirán los marciales y cascabeleros Contrabandistas, los nobles Ballesteros, los fieros Almogávares y los fieles Cristianos.

Cerrará el desfile, la presencia de la mujer de Villena, representadas en esta ocasión por la belleza de Marta como Regidora Mayor y de Paola como Regidora Infantil, acompañadas por las Madrinas de todas las comparsas.

Vuestras Fiestas serán desde ese momento una monumental explosión de luz, de colorido, de exotismo, de ingenio, de música pero también de amistad, de alegría, de perfume de alábega y sobre todo de devoción entrañable hacia vuestra Patrona, que se lo manifestáis todos los días, en las primeras horas de la mañana, en las Dianas, para culminar en esa solemne procesión que vosotros, con acertado gusto llamáis el “Paseo de la Virgen”.

Y finalizo ya deseándoos a todos, festeras y festeros que la tarde se llene de felicidad, de alegría y de esplendor. Aquí desde este balcón, de parte de vuestra alcaldesa, proclamo y pregono que Villena está en Fiestas.

Villeneros cargad las armas de pólvora y los corazones de ganas.

Que la Virgen de las Virtudes es una hermosa paloma, y los ángeles del cielo le mantienen la corona.

Que venga la Morenica y vea ésto, que vea vuestras caras y vuestras ganas de salir a desfilar, de rendirle homenaje como se merece.

¡¡Viva la Morenica!!
¡¡Viva Villena!!

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