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El sectarismo llevado al límite

Desde que, en 2004, el gobierno socialista decidiera derogar el Plan más solidario de cuantos se han hecho en materia de agua, como es el Plan Hidrológico Nacional, a iniciativa del Partido Popular, que sencillamente proponía llevar agua de donde sobra a donde falta, puso de manifiesto el sectarismo y la radicalidad partidista más exacerbada de los últimos tiempos en nuestro país.
La decisión de suprimir dicho plan arrastra pretensiones que van más allá de lo aparente. Si partimos de la idea que tiene el Partido Socialista de lo que es España, es comprensible que no quieran llevar agua de regiones sobrantes de agua a deficitarias, ya que no creen en el principio de solidaridad entre regiones puesto que consideran que este país está formado por comunidades autónomas que prevalecen unas sobre otras. De ahí es de donde emana su verdadero patriotismo, plagado de insolidaridad entre españoles y que en este caso se ha confrontado con la idea que el Partido Popular tiene de una España solidaria acentuando el verdadero patriotismo, donde todas las comunidades autónomas tienen la misma relevancia.

Muchos conocemos la forma de gobernar de Rodríguez Zapatero y a pesar de eso nos sorprende enormemente que se haya derogado un Plan Hidrológico que era bueno para todo el conjunto de los españoles, bueno para la economía, para la agricultura y para la industria y turismo de nuestro país, que no olvidemos que es uno de nuestros sectores económicos más importantes.

La reivindicación del Trasvase Júcar-Vinalopó forma parte de la reivindicación inicial del Plan Hidrológico Nacional, principalmente de las conducciones del trasvase del Ebro, el ramal del Altiplano Murciano con conexión en Abrera (Cataluña) hasta la Comunidad Valenciana. El gobierno de Rodríguez Zapatero no tuvo más remedio que acceder al sentido común del Trasvase Júcar-Vinalopó, reivindicación histórica para la provincia con destino a más de un millón de habitantes y a 50.000 hectáreas de cultivos. Sin embargo, impuso la toma de Azud de la Marquesa, una toma que según estudios de la Confederación Hidrográfica del Júcar contiene sustancias peligrosas e incluso cancerígenas y no entendemos por qué, tras plantear diferentes alternativas propuestas, como Azud de Antella, por los legítimos receptores del agua como es la Junta Central de Usuarios, (mostrando actualmente su solidaridad abasteciendo a 33 municipios), han sido desestimadas para traer agua que no sirve ni para la agricultura ni para el consumo humano, tan sólo para baldear calles.

Tampoco tiene en cuenta la peculiaridad de nuestros cultivos porque el agua que el Partido Socialista quiere imponernos no es ni mucho menos la que le conviene a nuestros campos. No sólo no obtendríamos agua de calidad sino que no nos serviría ni para consumo humano ni para nuestros cultivos. Además no soluciona la sobreexplotación de nuestros acuíferos (vinalopó – alacantí) respondiendo a la más sectaria de las posturas, creando división entre los usuarios y por ende de los ciudadanos, haciendo propaganda con dinero público de campañas de publicidad engañosa a favor de la toma del trasvase impuesta y su política de desalación, con tal de no reconocer los beneficios que planteaba el Partido Popular en su política del agua.

Sin embargo, los ciudadanos de la comarca y los usuarios continuaremos reivindicando lo que tenemos derecho: agua de calidad, porque nos pertenece, porque nos la merecemos, porque reivindicamos la solidaridad de nuestra nación y porque es de justicia. Trasvase Júcar- Vinalopó de calidad sí.

Partido Popular de Villena
Secretaría de Comunicación

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