Editorial

Encarando la recta final

No suele ser habitual traer a esta sección noticias que escapen del día a día político y de las grandes decisiones sobre temas de indudable importancia para el futuro de nuestra ciudad, aunque en ocasiones la realidad se impone tozuda y nos obliga a tomar conciencia de esa otra Villena, más callada y discreta, esa que a todos nos llena de legítimo orgullo bien sea a través de sus innumerables asociaciones, bien sea a través de sus empresa más punteras, o esa Villena festiva y alegre que hoy hemos querido traer a nuestra portada.
A medida que avanza agosto Villena olvida el verano y se interna en una estación desconocida para el resto del mundo, decíamos en el editorial de nuestro primer suplemento especial de Fiestas, y lo cierto es que desde el pasado 15 de agosto, con la Junta General de las diferentes comparsas, o desde el 14, si tomamos como referencia la fiesta de MqR, un evento que tras ocho años consecutivos de celebración lleva camino de convertirse en tradición, nuestra ciudad parece haber olvidado en verano y está ya deslizándose por esa pendiente que, de la manera más grata, nos va a llevar sin apenas darnos cuenta hacia nuestras fiestas patronales.

Los eventos antes citados, más el concierto de homenaje a la banda U2, celebrado el pasado sábado, son sólo el aperitivo de lo que aún está por llegar, como el concierto preparado por el ayuntamiento para el viernes 29 o el cross nocturno del próximo 3 de septiembre.

Con todo, y quizá adelantándonos a los acontecimientos, posiblemente haya llegado el momento de valorar la apuesta por la música en directo que realizan los sucesivos equipos de gobierno, lógicamente preocupados por ofrecer una alternativa de ocio supuestamente demandada por la juventud, haciendo además importantes esfuerzos económicos al apostar, además de por grupos noveles y formaciones locales, por artistas consagrados y reconocidos. No obstante, los hechos son tozudos y demuestran –mientras no se demuestre lo contrario– que no es tanta la juventud que demanda dichas actuaciones, quizá porque la juventud de ahora no es la misma que la de hace algunos años, que sí acudía masivamente a propuestas como El Último de la Fila o Joaquín Sabina, cuyos conciertos en Villena aún son recordados.

Por ello, quizá haya llegado el momento de reflexionar serenamente sobre el particular y poner sobre la mesa un cambio de modelo en lo referente a estas contrataciones, pues, visto lo visto, no acaban de conectar con lo que realmente demandan los vecinos de Villena.

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