Una ley moderna y progresista
Es función consustancial de todos los servicios sanitarios luchar contra la enfermedad y la muerte
No estoy a favor de la ley del aborto, ni de la de eutanasia y suicido asistido, ni tampoco de la pena de muerte.
Hay que reconocer la sutileza en el manejo del lenguaje por las madres y padres de la Patria, que inspiran los títulos de las mismas. Así en su día mejor denominar “ley de interrupción voluntaria del embarazo” que “del aborto”, y para la que nos ocupa, mejor “de muerte digna” que “de eutanasia”.
Si hablan de defender la vida y la dignidad última de las personas, muestran una gran incoherencia, mostrándose muchas de ellas y muchos de ellos en contra de la pena de muerte y al propio tiempo a favor de la del aborto y la eutanasia.
Tras Holanda, Bélgica y Luxemburgo en Europa, este gobierno se dispone a poner en marcha una “moderna y progresista” ley de la muerte. Veamos hacia dónde vamos, porque ya está pasando en Holanda.
En 2002, Holanda legalizó su “ley de la muerte” con las siguientes condiciones:
- Pacientes terminales con “sufrimientos insoportables”
- Que no tengan esperanza de curación
- Mayores de 18 años
- Que libremente quieran poner fin a su vida
Sin embargo, en 2011 se practicó en Holanda la eutanasia a 13 pacientes psiquiátricos. En esta misma línea se sitúa el protocolo Gröningen de dicho país, que autoriza la eutanasia de niños recién nacidos con enfermedades graves.
Recientemente se han conocido, también en Holanda, casos de aplicación de la eutanasia por problemas psicológicos y no físicos. Se autorizó por razones de “infelicidad senil”, en el caso de una persona de 84 años que solicitó la eutanasia alegando “no tener ganas de vivir”. Otra razón que se invoca es el “dolor existencial”, motivo por el que se aplicó la eutanasia a una mujer que la pidió por el dolor y los graves sufrimientos provocados a raíz del divorcio de su marido y por la muerte sucesiva de dos hijos ya adultos.
Junto a estos, se han dado casos de eutanasia no voluntaria, es decir, sin que la hubiese solicitado el paciente, a iniciativa del médico o de la familia: por baja calidad de vida, para facilitar la situación de la familia, para acortar el sufrimiento del paciente, para poner fin a un espectáculo insoportable para médicos y enfermeras o por necesidad de camas para otros enfermos...
Lo que nació con una normativa muy restrictiva, se ha ido convirtiendo, poco a poco, en una cuestión de intereses.
Tras la aprobación de esta “moderna y progresista ley de la muerte en España”, habríamos de cambiar la denominación actual de los centros del sistema de salud público español: Centro de Salud; Centro Sanitario Integrado; Hospital. Añadiendo a cada uno de ellos la nueva función. Veamos cómo podría quedar: “Hospital General Universitario y Tanatorio Activo”.
Es función consustancial de todos los servicios sanitarios, en sus distintas acepciones y formas; velar por la vida, por la salud, por mitigar o eliminar el dolor. En definitiva luchar contra la enfermedad y la muerte.
La morgue, para la que se venía reservando el sótano de los hospitales, pronto va a escalar puestos en su ubicación, dotándosele de espacio en plantas superiores de los mismos. Destinar una instalación sanitaria a acabar conscientemente con la vida, atenta directamente contra la ley natural y contra la ley divina.
¿Dónde se fijará realmente el límite en la interpretación-aplicación práctica de esta nueva ley española? ¿Enfermedad terminal; soledad; minusvalía congénita o sobrevenida?; ¿Vejez? ¿También cuando la/el sujeto pasivo se encuentre bajo los efectos de una fuerte depresión? ¿Qué pasará con el consentimiento de personas sumidas en situación de soledad, depresión, enfermedad crónica mental…?
Tal y como reclaman muchos expertos y profesionales de la salud, ¿por qué no dotar al Servicio Público de Salud de un buen sistema de “cuidados paliativos”? Esta claro que para ello sería necesaria, además de voluntad política, una mayor inversión en recursos humanos y materiales.
Resulta por último curioso el momento elegido para aprobar esta ideológica ley. Cuando el país se encuentra sumido bajo los efectos de la pandemia más grave desde 1918; pandemia que se ha llevado hasta la fecha cerca de 70.000 vidas, 80.000 según algunas fuentes. Además, durante el año que acabamos de empezar, habremos de sumar, al grave problema sanitario, los no menos graves problemas económicos de muchas familias españolas, que se van a ver afectadas por el paro de muchos de sus miembros o por el cierre de su pequeña o mediana actividad empresarial.
Se hace necesario recordar las frases con las que el pastor luterano alemán Martín Niemöller, denunció la “apatía política” de sus conciudadanos, quienes debiendo haber hecho frente a los atropellos de aquella turbulenta época que le tocó vivir, por cobardía miraron hacia otro sitio.
Por: Joaquín Marco Amorós
Pues a mi me da mucha paz esa ley,me permite libremente a mi ,despedirme de los mios e irne cuando me de mas miedo la vida que la muerte y a ti a no usarlo ,te da la libertad de sufrir ,de ser una carga o de alargar una vida cuando no es vida ,y eso lo he visto de cerca porque los cuidados paliativos no siempre funcionan
Buen artículo, respetuoso y concienzudo.
En aras de esa libertad que muchos proclaman ante esta ley y otras muchas cosas lanzó una pregunta ¿qué pasa con la libertad de cátedra en algunos sitios donde no se deja hablar el hasta ahora idioma oficial? ¿Por qué no se defiende esa libertad de centro para la, educación de nuestros hijos? ¿Por qué no se denuncia, en defensa de la libertad de culto, por parte de esos adalides de la libertad el ataque continuo a una determinada confesión religiosa? ¿ Y qué decir del rastreo en los medios para algunos que deciden qué es cierto y qué no?.
Yo estoy a favor de la vida y la dignidad de la misma la definen las condiciones de cuidados de la misma.
Me quedo con lo que me dijo una madre de un alumno, afectada de ELA, cuando otra compañera y yo fuimos a verla al Hospital donde estaba.. «Ver a mis dos preciosos hijos cada día es un regalo».
Hay un gobierno donde prosperan leyes de minorías.
Mientras socialmente no parecía una demanda sobre ley de eutanasia, aprueban la ley de urgencia, si ciudadania e incluso académicos consideran absurdo y ridículo el lenguaje llamado inclusivo, ellos lo usan más.
Es el país donde se potencia el absurdo, y están consiguiendo que nadie proteste, pues ellos son los progresistas, y quien no los secunda somos los fachas.
Todos queremos ser gente de progreso, y no queremos que se nos relacione con mentalidades anquilosadas.
Por ejemplo, veo una barbaridad que la seguridad social no pagué las dentaduras postizas o las gafas, y que sin embargo asuma el cambio de sexo.
Me parece de sentido común.
Pero si se te ocurre decirlo te crucifican.
Esta ley ha sido aprobada por todos a excepción del PP y vox. Es una ley creada por la mayoría absoluta del Congreso.
Y es una ley que no obliga a nadie a tener que hacer uso de ella. Si estás en contra de esta ley lo tienes muy fácil, no la uses, no es obligatoria.
Pero todavía hay quien quiere decidir por otros hasta en el momento de morir.
No discuto su legalidad, ni tampoco que la haya apoyado una mayoría legislativa suficiente.
Solo observó que hay un mayor interés en agilizar leyes ideológicas que las que generan alarma social.
Me gustaría ver la misma urgencia para legislar sobre los ocupas, o cargarse los aforamientos como prometieron.
Están llevando las normas de convivencia a un marco ideológico.
Esta ley va a generar muchos problemas, aunque el principal está en el consentimiento del paciente. La diferencia que existe entre la eutanasia y el suicidio asistido está en el consentimiento expreso del enfermo. No es lo mismo para un médico facilitar el suicidio que ejecutar el acto que pone fin a la vida del paciente prescindiendo de su consentimiento o de su voluntad.
La ley establece que cuando el médico certifique que el paciente no se encuentra en pleno uso de sus facultades ni puede prestar su conformidad libre, voluntaria y consciente, la solicitud de prestación de ayuda para morir podrá ser presentada por otra persona mayor de edad y plenamente capaz, acompañándola del documento de instrucciones previas, testamento vital, voluntades anticipadas o documento equivalente legalmente reconocido, suscrito previamente por el paciente. En caso de que no exista ninguna persona que pueda presentar la solicitud en nombre del paciente, el médico responsable podrá presentar la solicitud de eutanasia.
Problema: Puede ocurrir que algunos familiares tengan prisa por heredar, o que el estado de un paciente suponga un gran gasto y atención médica que haga que se solicite la eutanasia. Puede ocurrir que una persona con problemas psiquiátricos con su voluntad enajenada solicite la eutanasia. En estos casos la utilización de la eutanasia debería ser discutible.
Se reconoce la objeción de conciencia del personal sanitario, que deberá manifestarse anticipadamente y por escrito. Las administraciones sanitarias crearán un registro de profesionales sanitarios objetores de conciencia a realizar la ayuda para morir. Problema: En función del color del partido político que gobierne, se tratará de listas blancas o negras de médicos que podrían tener sus consecuencias.
La ley debería haber tenido un mayor consenso social y venir acompañada de una legislación complementaria de cuidados paliativos dotada de la financiación necesaria para que no quede en papel mojado. Lo progresista hubiera sido dotar de financiación y regular la ayuda, el cuidado, a este tipo de pacientes porque cabe el riesgo de generar desigualdades sociales, tal que la familia que tenga dinero pueda costearse el cuidado, la asistencia de cuidadores o ayudantes; frente a las familias con menos renta que tal vez recurran a la eutanasia si no pueden sostener económicamente el mantenimiento de un paciente con una enfermedad grave e incurable o un padecimiento grave, crónico e imposibilitante.
Según la RAE, progresistas son las ideas y actitudes avanzadas. ¿Esto es avanzado?