Editorial

Explicaciones por dignidad

La información que ofrece hoy El Periódico de Villena no deja lugar a dudas: la esposa de Juan Richart, propietaria de una casa de campo en Peña Rubia, realizó unas obras ilegales en la vivienda de su propiedad, lo que fue detectado en febrero de 2007, tres meses antes de la llegada al poder del PP y de la de Juan Richart al equipo de gobierno del ayuntamiento.
Iniciado el expediente de sanción, con orden de demolición incluida, el propio Richart, a la sazón concejal de Obras y máximo responsable de detectar, sancionar y reparar las infracciones urbanísticas acaecidas en Villena, hizo caso omiso al mismo y presuntamente “traspapeló” el informe, que quedó durmiendo el sueño de los justos en un cajón del ayuntamiento a la espera de una más que probable prescripción de la infracción. Cosas de la política, Richart ya no es concejal con delegación y esos documentos han acabado apareciendo antes de tiempo.

Así las cosas, y en base a la documentación a la que ha tenido acceso EPDV, estamos hablando de una concatenación de irregularidades de muy difícil, por no decir imposible, justificación. De entrada, y siendo parte interesada del caso por su vínculo familiar directo con la titular de la vivienda, Richart debería haberse abstenido en la tramitación de este expediente. Con todo, y aun a pesar infringir supuestamente una ley, esto no deja de ser algo leve, puesto que la segunda parte es peor: si Richart ha favorecido una demora en la tramitación administrativa del proceso –y motivos no le faltaban para ello, pues de lo contrario podría haber sido multado y la casa derribada–, estamos hablando de un delito en mayúsculas, una presunta prevaricación inadmisible en todo cargo público.

A la vista de lo hasta ahora conocido, sólo quedan dos cosas por decir. Primero, instar al equipo de gobierno a actuar con la mayor de las transparencias, como así parece que va a actuar, permitiendo la investigación de este caso y poniendo, si fuera preciso, a disposición de la justicia toda la documentación necesaria para aclarar este sucio asunto.

Y segundo y principal, exigimos explicaciones públicas por parte de Juan Richart, concejal que no ha dejado de repetir durante los tristes episodios de los últimos meses que está aquí “para trabajar por Villena” y que con su “dignidad” no se juega. Pues bien, señor Richart. Tenga usted la dignidad de salir y explicarnos a todos qué está pasando aquí, porque visto desde fuera parece evidente que, en lugar de servir a Villena, ha venido usted a servirse de ella.

Nota: Este Editorial, que también aparece en nuestra edición impresa, está redactado y enviado a imprenta antes de conocer las declaraciones de Juan Richart sobre este tema.

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba