Cartas al Director

Falta de profesionalidad

Es muy habitual encontrar, en estas y en otras secciones parecidas, críticas más o menos duras, mejor o peor fundadas acerca de los infortunios y sinsabores que padecemos con nuestra querida sanidad pública o privada. Pero son realmente escasos los lamentos que leemos sobre la sanidad animal. Bien es cierto que la inmensa mayoría de estos pacientes son incapaces de sujetar un lapicero, pero no es menos cierto que tienen la misma facultad para sufrir y padecer que los humanos y también tienen derecho a que sus posibles quejas puedan verse reflejadas en los medios de comunicación.
Es por ello que pongo mi pluma a disposición de mi perra "Noa", un animal hasta hace poco joven, alegre y con una energía vital digna de admiración a la que le ha tocado sufrir en su peor versión la incompetencia y la falta de conocimientos de un profesional de su sanidad, un veterinario:

"El pasado 4 de enero consideré que era una magnífica idea comerme íntegra una venda que había por casa, pero transcurrido un tiempo no resultó tan brillante tal almuerzo y me produjo todo tipo de dolores estomacales. Después de una pequeña exploración de mi dueño, éste decidió llevarme a la clínica veterinaria de Villena "Huellas" de un tal David García Mullor. Allí se observó que la venda aparecía por el ano y el susodicho "profesional" decidió sacarla a estirones. Yo que no comprendía nada aullaba y pataleaba y solo entendía que me desgarraban las tripas, apenas alcancé a oír las voz de mi dueño indicando que pararan, que me iban a destrozar, y bien cierto que era. Me durmieron y ya solo recuerdo que cuando recobré el sentido parecía que la vida se me escapaba y me encontré en otra clínica con otra persona que puso muy mala cara y que decidió operarme en ese mismo instante a la vista de la gravedad de mis lesiones, , quitándome casi todos mis intestinos para salvarme la vida. Yo, que soy una perra agradecida hubiera lamido la mano de quien me salvó, pero me debiera haber comido la mano de quien me ha condenado a no poder correr, saltar, comer y llevar la buena vida que tenía."

Es posible que no haya interpretado al cien por cien sus sentimientos, pero sí estoy seguro de que Noa estará de acuerdo conmigo si lo denuncio aquí públicamente y con un valor meramente testimonial ya que, como a los médicos, es imposible pedirle responsabilidades de su ineptitud, falta total de profesionalidad y por su cobardía al no hacer frente a sus responsabilidades al mencionado ¿veterinario?

Fdo: Juan Molina Morán

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