Fiestas

Festejos en 1860

Domingo por la tarde. Entre las tres y las siete de la tarde.
"Abrian la marcha de tan interesante cortejo dos gigantes, macho y hembra, en traje de jóvenes labradores del país. [...]"
"Servían como de escolta a los elevados cónyuges una guardia numerosa de zuavos y una seccion de caballería árabe, detras de la cual seguia con austera gravedad otra pareja de gigantes gordinflones, otra de escuálida figura y un gigante-momia en traje marroquí [...]" y varias comparsas "juntamente con una de caballitos de carton que caracoleaban á sus piés montados por diminutos marroquíes: todo esto al bélico son de una numerosa banda de tambores y de algunas caprichosas orquestas [...]".
"El espíritu de provincialísmo se hallaba tambien representado por una pintoresca patulea de tercios catalanes con su comandante a la cabeza y su físico á retaguardia, ostentando uno de aquellos hijos simulados de Marte el estandarte nacional." Y más tipos: "marroquíes y amas de leche, [...] militares de la época del renacimiento y chambergos, [...] todo amenizado por una banda de tambores y música en armonia con el resto de su acompañamiento."

Y también... "Una especie de guardia negra llevando como en triunfo un monigote de moro, subseguida de un escuadron de caballería marroquí, con bacalaos por espadas, que custodiaba dos carros atestados de odaliscas."

Y también... "Varios payeses á estilo del campo de Tarragona llevando á la grupa á sus mujeres, novias ó queridas, ó lo que fueren; [...]" y "una magnífica carretela en la que iban cuatro personages en trage formal de sociedad, dos de ellos con una cabeza de leon plateada y los otros dos con una torre dorada por cabeza, simbolizando las armas de Leon y Castilla; acompañados de dos arrogantes escuderos á caballo, con el escudo de Castilla en el peto y las barras catalanas en el espaldar."

Y también... "Una compañía de payeses vestidos como los del Priorato marchaba en risueña confusion, con cestas y otros objetos adecuados al trage [...]." Y también... "Un piquete de zuavos escoltaba el régio carruage seguido de una banda de música militar [...]".

Zuavo –RAE dixit– es gentilicio de Zwāwa, tribu bereber. Soldado argelino de infantería, al servicio de Francia. O soldado francés que lleva el mismo uniforme que el zuavo argelino.

Domingo siguiente. Por la tarde.
"En un principio la atencion general se fijó en una lucida y bien organizada cabalgata, formada por varios cabos y sargentos de la guarnicion de la plaza [...]".
"La comitiva marchaba por el órden siguiente:
Una seccion de batidores con trajes de la edad media; un buen número de ginetes vestidos á lo mosquetero [...]; una brillante charanga y banda de cornetas con trage de guerreros; [...]" y... Una "elegante y numerosa cabalgata de zuavos, precedidos de una bien ajustada música." Y cantineras y... "no sin que esta gerga alternase pacíficamente con encopetados moros de recamados trages y régios mantos." E...
"Infinidad de músicas, armónicas é inarmónicas, dejaban oir sus sones en cien distintos puntos á la vez, formando una tan sublime algarabia que hubiera podido hacer creer á los forasteros, que habian llegado á una ciudad de orates."

Lunes. "Á cosa de la una de la tarde."
"Abría la marcha de la cabalgata una especie de guardia de honor escoltando la bandera Española: interpolados con algunas brillantes músicas vestidas á la Federica [...]" y ginetes vestidos de militares "de diversas épocas y países, ya históricos ó de costumbres, [...] mosqueteros [...] y caballeros de la edad media."

Martes. Doce del mediodía.
Gran cabalgata que se dirigió hacia la Plaza de Toros donde tuvo lugar una función extraordinaria cuya primera evolución consistió en una "suerte de las cabezas de moros", "derribando lanza en ristre cabezas de moro".
Tras el espectáculo, nueva cabalgata donde lucieron "carretelas" y otros carruajes llenos de "chambergos, [...] caballeros cruzados, moriscos [...]". Y comparsas... "seccion de moros" e "individuos vestidos de elegantes aldeanos".

Martes. A partir de las seis de la tarde.
"Como á cosa de las seis y media [...]" comenzaron a reunirse "colocándose cada comitiva segun el número de su papeleta en el punto que le correspondía á cuyo efecto se habían rotulado los árboles, [...]".
"Asi las cosas y ocupando cada mochuelo su olivo, ó si mas os place cada comparsa su árbol, un clarin con sordina iba avisando á los acompañantes el lugar que debian ocupar y el momento en que debian ponerse en marcha." [...]

"Abrian la marcha un buen número de ginetes en confusa mezcolanza de trages de todas épocas y de todas clases." Y "seguia una comparsa de ginetes borricalmente montados con un grandioso farol al frente." Y "varios grupos de marinos" y "astrólogos" y quintos, druidas, rabíes, marroquíes y... "Un peloton de mas de ochenta zuavos." Y una comparsa de segadores. Y un carro "en que se simulaba un combate entre un español y un marroquí disputandose la adquisicion de una bandera."

"Otro lleno de astrólogos, con un descomunal telescopio, los cuales repartian unas poesias, ó lo que fuesen, con conatos de horóscopo.
Pero lo que escitó en estremo la atencion, y en algunos hasta el apetito, fué un carro tirado por seis briosos caballos con sus respectivos postillones-jokeys, y en el cual se hallaban sentados unos cuantos jóvenes al rededor de una mesa espléndidamente servida de suculentas viandas que por cierto no eran de mentiriquillas, seguidos de una bien ajustada orquesta y de dos carros más llenos de cocineros en que iba la fonda y la reposteria.

Finalmente, despues de una seccion de artilleria rodada, formada de voluntarios catalanes, venia un gigantesco carromato, una elevadísima torre-fuerte figurando la Alcazaba de Tetuan en cuyas almenas se veia á los voluntarios de Cataluña izando repetidas veces el pabellon que flotaba en el asta de la almena mas elevada y saludándole de vez en cuando con algunos disparos.

Fué una idea por demás original y oportuna cuya vistosa perspectiva se atrajo las miradas de los espectadores que, á la rojiza luz de los fuegos de bengala que aparecian de trecho en trecho en la parte superior de la torre, podian contemplar la siempre gloriosa bandera española."
En estos festejos, la Sociedad Coral de Euterpe también había destacado "llevando á efecto una cuestacion á favor de las Casas de Beneficencia representando una numerosa comparsa de festivos segadores".

Fuente
Todas las citas –entrecomilladas y respetadas en su ortografía original– son citas extraídas de la obra "El Carnaval de Barcelona en 1860. Batiburrillo de anécdotas, chascarrillos, bufonadas, quid-pro-quos, dislates, traspiés, pataletas, fantasmagorías, banderillas, sambras, espasmos, bacanales, bailoteos, mascaradas, diabluras, truenos y otras quisicosazas propias de esta bulliciosa temporada, aliñado en prosa y verso por J.A. Clavé y J.M. Torres, salpicado de picarescas caricaturas y adornado de elegantes láminas litografiadas por Moragas". Obra impresa en 1860, en Barcelona, Librería Española, calle Ancha, número 26.
Los primeros párrafos se refieren al domingo 12 de febrero, cuando la recepción del Carnaval. Los que siguen, al domingo, lunes y martes de Carnaval; días 19, 20 y 21 de febrero respectivamente. Concretando las del martes 21, las del mediodía al Carnaval y, las de la tarde, al entierro del Carnaval.

En el contexto de la llamada Guerra de África (1859-1860), guerra en la que voluntarios catalanes y el catalán Prim tuvieron un gran protagonismo, el Carnaval de 1860 celebrado en Barcelona estuvo lleno de referencias al acontecimiento bélico. La toma de Tetuán, que encarrilaba a favor de España el final de este conflicto hispano-marroquí, se había consumado el seis de febrero de 1860.

De hecho, en estas fiestas carnavalescas hubo diversas cuestaciones –aprovechando desfiles y bailes– para sufragio de los valientes del ejército de África, heridos, huérfanos y viudas afectados por el conflicto.

"[...]
de aquel gran baile
dado en alivio
de esas falanges
de invictos héroes,
que en cien combates
vierten en África
su noble sangre
[...]"

Ya a primeros de febrero, la Sociedad del Círculo, aprovechando el baile de máscaras que la empresa de los bailes particulares del Liceo había organizado para la víspera de la Candelaria "á beneficio de los heridos en la guerra de África", compró una entrada pagando solidariamente diez mil reales para regalársela al coronel del regimiento del Príncipe, coronel D. Cándido Pieltain, herido en los Castillejos el 1 de enero.
D. Cándido, convaleciente en Barcelona, asistiría al benéfico baile con el brazo en cabestrillo.

El teatro fue decorado para la ocasión con motivos bélicos y... "Sobre el palco regio, en cuyo interior se había colocado el busto de la Reina, ondeaba el pabellon español, teniendo humillado junto al asta un estandarte marroquí."

La guerra presente también impregna la redacción del librito. Por ejemplo, Torres, cuando critica las cargas de un guardia civil a caballo en la estación de ferrocarril, repletas las calles esperando la recepción del Carnaval, compara con hipérbole diciendo que estas cargas "dejan muy atras á las que nuestros valientes húsares dieron á los marroquíes en la batalla de Castillejos; [...]". Recepción, sobre las tres de la tarde, cuando llegaba una "locomotora [...] completamente empavesada con banderas nacionales y orlada de cabezas de marroquíes."

Ante esto de las cabezas, el cronista señala que hubo quien consideró que no era muy humanitario y –nos parece que con ironía– matiza: "pero estos son pelillos en que uno no debe pararse en gracia al agradable aspecto que presentan unas cuantas cabecitas cortadas. ¡Quiá! son escrupulillos impropios del siglo en que felizmente vivimos."
Igualmente, hablando de cómo los enamorados aprovechan las concentraciones para sobarse, describe que éstos "andan codiciosamente tras de estos barullos y apiñamientos con la pertinacia que, segun se nos cuenta, suelen emplear los voluntarios catalanes cuando pican la retaguardia á los Marroquies."

En los bailes, composiciones alusivas al Magreb o directamente a la guerra, fueron piezas frecuentes. Así la polka mazurka "La vivandera de los zuavos" de Musard. Vivandera es cantinera. Así, el lancero –composición parecida al rigodón– "Al Riff" de Jurch. Así "¡A la lid!", polka militar de Mariano Obiols, interpretada en el baile del Liceo de vísperas de la Candelaria con acompañamiento "de disparos de armas de fuego y de belicoso estrépito."

En el desfile con motivo de la recepción del Carnaval se anotará que: "Uno de los ingredientes [...] era un estandarte con un monigote y á su pié la siguiente inscripcion [...] 'Último habitante de Tetuan'". Y también en un desfile, aquí el de lunes de carnaval, se destaca que: "Un carro triunfal de proporciones colosales artísticamente adornado y arrastrado por doce caballos blancos ricamente enjaezados representaba la apoteósis de la Victoria: una de las artistas del Circo Real, figuraba la España ciñendo de laurel las frentes de los individuos de nuestro valiente ejército, y varios individuos de ambos sexos simbolizaban los moros y la provincias de España festejando la toma de Tetuan. Este magnífico grupo lo componían unas veinte personas. Otro carro parodiaba la tienda de Campaña de Muley Abbas convertida en tienda de quincalla en la que se veian un sin número de muñecos de diferentes tamaños vestidos de marroquíes." Y...

"Alegre la campana,
Del cañon coreando el estampido,
Nos dijo una mañana:
¡Tetuan es nuestro! ¡el moro se ha rendido!.
El pueblo alborozado
A una voz esclamó: –¡Bendito sea
El español soldado
Que por su patria con tal fe pelea!"

Esto decían las dos primeras estrofas de una poesía repartida por el Círculo Ecuestre en la misma cabalgata del lunes de Carnaval.
Y en la del entierro del Carnaval, en ese "grandioso farol", que se nos decía portado por una comparsa de jinetes en burro, había pintado en una cara un voluntario catalán con la inscripción "Hemos triunfado"; en otra cara, un inglés y la frase "¡Equivoqué los cálculos!" y –precisa el cronista– que: "En la otra se veia un moro que segun me aseguraron queria remotamente parecerse á un retrato de Side-Mahomet como pudieran parecerse un falderillo americano y un perrazo de Terranova. Tambien tenia su rotulito que era este: ¡Nos han vencido!"

Visto lo visto, leído lo leído... Cualquier parecido con la realidad de la Fiesta de Moros y Cristianos es... ¿Pura coincidencia?... Acaso como esa carroza-castillo que se ilustra en el libro. Carroza-castillo que nos recuerda otras carrozas, otros castillos. Acaso.

Mateo Marco Amorós
Fotografías: Joaquín Marín

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba